Laureano nos da la respuesta como la letra de una canción, del origen de los males que estamos presenciando en el mundo, lo cual muchos incrédulos ya están empezando a constatar.
Por Laureano Benitez
¿Cuántas bakunas deben ponerse los pinchadictos antes de que comprendan que los pinchódromos son tanatorios encubiertos?
¿Cuántos bozales hacen falta para que los mascarillati tomen conciencia de que se están privando del más elemental derecho humano: el de respirar?
¿Cuántos cadáveres repentiniados más son necesarios para que los borregatrix se den cuenta de que ellos pueden ser los siguientes?
La respuesta, amigo mío, está soplando en el viento; la respuesta está soplando en el viento.
¿Cuántas mentiras más deben escupir las putreteles antes de que las audiencias adocenadas adviertan que no hubo plandemia, sino infodemia?
¿Con cuántas estelas químicas deben acribillar el cielo para que los terracistas cerveceros se den cuenta de que estamos siendo bombardeados en una guerra silenciosa?
¿Cúantas “G” deben añadir a la telefonía inalámbrica para que los movileros perciban que las radiofrecuencias son disparos al cerebro y al alma de sus víctimas?
La respuesta, amigo mío, está soplando en el viento; la respuesta está soplando en el viento.
¿Cuántos cadáveres más tienen que desenterrar los mprofanadores de tumbas, para que la gente se dé cuenta de que estamos gobernados por una patulea satánica?
¿Cuántas cruces deben ser derribadas antes de que España tome conciencia de que quienes gobiernan son ectoplasmas de milicianos sedientos de sangre católica?
¿Cuantos impuestos más serán necesarios para que el pueblo gilipollati vea que la dictacracia no es sino un saqueo arrollador del pueblo que madruga y trabaja?
La respuesta, amigo mío, está soplando en el viento; la respuesta está soplando en el viento.
¿Cuántos fraudes electorales harán falta para que el pueblo español comprenda que la presunta democracia no es sino un grotesco trampantojo, un vodevil de algoritmos y corruptos?
¿Cuántos géneros más tendrán que inventarse antes de que la gente diga que ya es suficiente, que sexos solo hay dos?
¿Cuántas blasfemias más tendrá que decir Bergoglio antes de que los católico se den cuenta de que es el vicario del Anticristo?
La respuesta, amigo mío, está soplando en el viento; la respuesta está soplando en el viento.
¿Cuántos canales más de la disidencia tendrán que cerrar los censores, antes de que todo el mundo sepa que vivimos en una satrapía disfrazada de democracia?
¿Cuánto exceso de mortalidad más tiene que haber para que los médicos, por fin, digan la verdad?
¿Cuántas leyes liberticidas más son precisas para que los ciudadanos alcen por fin su voz contra la cruel dictadura que machaca nuestros derechos?
La respuesta, amigo mío, está soplando en el viento; la respuesta está soplando en el viento.
¿Cuántas cámaras de vigilancia más hacen falta; cuántos drones; cuántos chips, para que todos se den cuenta de que estamos siendo vigilados, pastoreados, monitoreados por un Gran Hermano con cuernos bafométicos?
¿Cuánta degradación moral más será necesaria para que todo el mundo entienda que estamos en Babilonia, la Ciudad del Mal?
¿Cuánto horrores hacen falta para que el Planeta entero sepa que su príncipe es Satanás?
La respuesta, amigo mío, está soplando en el viento; la respuesta está soplando en el viento.
Laureano Benítez Grande-Caballero
Satanás es impotente contra Mis leales seguidores
Mensaje del Libro de la Verdad 🏹
25 de julio de 2011
Mi amada hija, es con gran alegría, que una vez más, te digo de la conversión que se está llevando a cabo en el mundo. Mientras más atrocidades estén siendo cometidas por el hombre, por la influencia de Satanás, muchos de Mis hijos están preguntándose de los niveles de intento de asesinatos ahora predominantes en su mundo. Mientras más maldad es presentada ante ustedes, así también se comprenderá que Satanás, de hecho, existe. Para aquellos que no creen que él existe, entonces, déjenme explicarles cómo pueden descubrir sus trabajos malignos.
Cada vez que Mis hijos presencian un asesinato, suicidio, guerra, corrupción de los gobiernos y de aquellos en el poder, codicia, arrogancia e injusticias, sepan que estas acciones son manifestaciones de Satanás. El maligno se ha puesto desesperado ahora, para envenenar las mentes de Mis hijos. Él hará todo lo que pueda en este momento de la historia, su rabia es muy intensa. Ustedes Mis hijos, son su objetivo. Mientras él encuentra fácil infectar almas, que se dejan totalmente abiertas a su influencia – aquellos que continuamente buscan la gloria para sí mismos en la Tierra – le está resultando cada vez más difícil el ahogar el espíritu de Mis leales seguidores. Tan bendecidos están ellos mediante el Don del Espíritu Santo, que él, Satanás, es impotente contra ellos.
A todos aquellos que obedecen Mi instrucción de orar, se volverán más fuertes en mente y espíritu. Entonces no les importará si Satanás arremete contra ellos con furia, porque el escudo de su armadura es muy fuerte. Esto no significa que él no usará todos los métodos para seducirles a través de los deseos de la carne. Esto no significa que él no los lastimará, susurrándo al oído, de aquellos que están cerca de ustedes y de aquellos a quien ustedes aman. Manténgase firmes, Mis seguidores, porque será a través de la fuerza de ustedes, que él será aplastado para siempre. Él, hijos Míos, será impotente en la medida en que la conversión se propague. Porque ¿Cómo podría él hacerlos beber de su maligna copa de odio por la humanidad, cuando ustedes no estén sedientos de todas sus promesas vacías? Cuanto más fuertes sean, menos les molestará.
Sepan ahora que cuando observen desasosiego mundial, es el engañador trabajando. Mis seguidores ahora conocen al instante la maldad de Satanás, cuando sus trabajos son tan notoriamente obvios. Recen para que sus hermanos y hermanas también atestigüen sus trabajos malignos y los reconozcan por lo que son. Solo cuando los no creyentes, finalmente acepten que Satanás existe, es cuando volverán a Mí en busca de refugio. Recen ahora por la conversión mundial, la conversión que vendrá, no solo por El Aviso, sino por la Verdad.
Su amado Maestro y Salvador
Jesucristo
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