¿Por qué los católicos debemos amar a nuestra Patria?

Reinaré en España. La Gran Promesa del Corazón de Jesús

Ahora que el Nuevo Orden Mundial ha destruido las Soberanías Nacionales en favor del Globalismo, y favorece la invasión de extranjeros para acabar con el cristianismo, recordemos el deber de amar a la Patria.

Por Antonio Moreno Robles

Si bien el concepto de amor a la Patria es algo que en la mayoría de los países es compartido por la casi totalidad de los ciudadanos, es un tema que en España sigue suscitando dudas, complejos, e incluso miedos infundados entre muchos católicos. Desde el punto de vista de la doctrina de la Iglesia, el amor y el servicio a nuestro país, no es solo un deber, sino una obligación. Así por ejemplo el Papa Pio XI nos dice: “El buen católico, precisamente en virtud de la doctrina católica, es por lo mismo el mejor ciudadano, amante de su patria” Papa Pio XI (Encíclica Divini illius magistri)

El Papa León XIII, fue incluso más allá a la hora de definir el compromiso que un católico debe tener hacia su patria, y nos recuerda que este compromiso implica incluso dar la vida por la misma: “Por ley natural estamos obligados a amar especialmente y defender la sociedad en que nacimos, de tal manera que todo buen ciudadano esté pronto a arrostrar aun la misma muerte por su patria” Papa León XIII (Encíclica Sapientiae Christianae).

¿Se opone el patriotismo con la concepción universal del catolicismo?

Muchos católicos, por un sentido mal entendido de la fraternidad universal, han adoptado una postura de indiferencia hacia la patria, o incluso de rechazo de la misma. No son pocos los católicos que se han adherido a posturas ideológicas internacionalistas –muchos incluso desde la buena fe- o apátridas, incurriendo en una falta de caridad hacia la sociedad que les ha visto nacer, y que les ha dotado de derechos. Sin duda, la obligación que tenemos los católicos del amor universal a todos los seres humanos por ser semejanza de Dios, y estar dotados de igual dignidad, no se contrapone con la obligación que tenemos de amar a los que nos están más cercanos y con los que estamos unidos con mayores vínculos. Así, el Papa Pio XII nos recuerda que también la caridad requiere un orden en su práctica:

“No hay que temer que la conciencia de la fraternidad universal, fomentada por la doctrina cristiana, y el sentimiento que ella inspira, se opongan al amor, a la tradición y a las glorias de la propia patria, e impidan promover la prosperidad y los intereses legítimos; pues la misma doctrina enseña que en el ejercicio de la caridad existe un orden establecido por Dios, según el cual se debe amar más intensamente y ayudar preferentemente a los que nos están unidos con especiales vínculos. Aun el Divino Maestro dio ejemplo de esta preferencia a su tierra y a su patria, llorando sobre las inminentes ruinas de la Ciudad santa” Papa Pío XII. (Summi Pontificatus).

El Papa San Pio X, también nos explica la comunión que existe entre el amor a la Iglesia y a la patria, y nos explica que esta no solo es digna de amor y servicio, sino que también lo es de predilección, por lo que preferentemente debemos rezar y trabajar por sus intereses respecto a otros intereses también legítimos, pero más alejados en el orden de la caridad.

Si el Catolicismo fuera un enemigo de la Patria, no sería una religión divina. La Patria es un nombre que trae a nuestra memoria los recuerdos más queridos, y bien sea porque llevamos la misma sangre que aquellos nacidos en nuestro propio suelo, o bien debido a la aún más noble semejanza de afectos y tradiciones, nuestra Patria es no sólo digna de amor, sino de predilección. Sentimos, pues, veneración por la Patria, que en suave unión con la Iglesia contribuye al verdadero bienestar de la Humanidad. Y ésta es la razón porqué los auténticos caudillos, campeones y salvadores de un país han surgido siempre de entre las filas de los mejores católicos” Discurso pronunciado por Su Santidad Pio X el 20 de Abril de 1909.

También el Papa León XIII, nos explica más profundamente la comunión que existe entre el amor a Iglesia y a la patria, y que tiene en Dios a su denominador común.

El amor sobrenatural de la Iglesia y el que naturalmente se debe a la patria, son dos amores que proceden de un mismo principio eterno, puesto que de entrambos es causa y autor el mismo Dios; de donde se sigue que no puede haber oposición entre los dos”. Papa León XIII (Encíclica Sapientiae Christianae).

Deshonrar o atacar a la patria, un pecado contra el cuarto mandamiento.

Como bien explica el recientemente canonizado San Juan Pablo II, deshonrar a la patria, o atacar los intereses legítimos de la misma, es un pecado contra el cuarto mandamiento.

“Si se pregunta por el lugar del patriotismo en el decálogo, la respuesta es inequívoca: es parte del cuarto mandamiento, que nos exige honrar al padre y a la madre. Es uno de esos sentimientos que el latín incluye en el término pietas, resaltando la dimensión religiosa subyacente en el respeto y veneración que se debe a los padres, porque representan para nosotros a Dios Creador. Al darnos la vida, participan en el misterio de la creación y merecen por tanto una devoción que evoca la que rendimos a Dios Creador. El patriotismo conlleva precisamente este tipo de actitud interior, desde el momento que también la patria es verdaderamente una madre para cada uno. Patriotismo significa amar todo lo que es patrio: su historia, sus tradiciones, la lengua y su misma configuración geográfica. La patria es un bien común de todos los ciudadanos y, como tal, también un gran deber. Como sucede con la familia, también la nación y la patria siguen siendo realidades insustituibles”. Papa San Juan Pablo II (Memoria e identidad)

Por desgracia, hay quien confunde lo que es el patriotismo cristiano – que se basa en el amor y tiene un carácter unificador- , con el nacionalismo pagano – basado en el odio y promotor de la división-, y que tan certeramente condenó el Papa Juan Pablo II. Así pues, quien promueve la división, el odio, o la discordia entre los ciudadanos de un mismo país, debe saber que no solo comete un error político, sino que atenta contra un bien moral, y se pone en situación de pecado mortal.

Los doctores de la iglesia sobre el amor a la patria.

Cuando Santo Tomás de Aquino, Doctor de la Iglesia, analiza en su obra “Suma Teológica” la virtud y la piedad con que el hombre debe actuar respecto a Dios y a sus semejantes, Santo Tomás pone el amor a los padres y a la Patria en un orden inmediatamente posterior al del amor que se le debe tener a Dios, es por tanto de suma importancia el valor que en la teología tomista se le ha dado a la virtud del patriotismo, y que la Iglesia ha recogido en su magisterio a lo largo de los Siglos mediante múltiples formulaciones de carácter.

“El hombre se hace deudor de los demás según la excelencia y según los beneficios que de ellos ha recibido. Por ambos títulos Dios ocupa el primer lugar, por ser sumamente excelente y por ser principio primero de nuestro existir y de nuestro gobierno. Después de Dios, los padres y la patria son también principios de nuestro ser y gobierno, pues de ellos y en ella hemos nacido y nos hemos criado. Por lo tanto, después de Dios, a los padres y la patria es a quienes más debemos. Y como a la religión toca dar culto a Dios, así en un grado inferior, a la piedad pertenece rendir un culto a los padres y a la patria. En este culto de los padres se incluye el de todos los consanguíneos, pues que son consanguíneos precisamente por proceder todos de unos mismos padres. Y en el culto de la patria se incluye el de los conciudadanos y de los amigos de la patria. Por lo tanto, a éstos principalmente se refiere la virtud de la piedad”. Santo Tomás de Aquino (Suma Teológica).

San Agustín va incluso más lejos que Santo Tomás, y coloca la virtud del amor por la Patria claramente por delante del amor que se debe tener por la familia, y solo por detrás del amor que se le profesa a Dios.

Ama a tu prójimo; más que a tu prójimo, a tus padres; más que a tus padres, a tu Patria; y solamente más que a tu Patria, ama a Dios”. San Agustín (Confesiones).

El catecismo sobre el amor a la patria.

Y es que la virtud del patriotismo no es algo ajeno al católico de nuestro tiempo, sino que el amor a la Patria sigue siendo un mandato expresado específicamente en el Catecismo, por tanto una virtud que el buen católico tiene que vivir con plena actualidad.

El amor y el servicio de la patria forman parte del deber de gratitud y del orden de la caridad”. (2239)

La patria en las revelaciones marianas.

También la Virgen ha hablado en algunas revelaciones sobre el amor a la patria, así por ejemplo, en las apariciones de La Sallete, advirtió que entre las señales que precederían al final de los tiempos, se viviría entre otros males el desamor por la Patria.

“La Santa Fe de Dios será olvidada, cada individuo querrá guiarse por sí mismo y ser superior a sus semejantes. Los poderes civiles y eclesiásticos serán abolidos, todo orden y toda justicia serán pisoteados; no se verán más que homicidios, odio, envidia, mentira y discordia, sin amor por la patria ni por la familia”. (Revelaciones de La Sallete).

También en las revelaciones del Buen Suceso que tuvieron lugar en Ecuador durante finales del Siglo XVI, la Virgen advertía de que los sufrimientos que tendrían que afrontar los católicos fieles en los últimos tiempos les llevarían a ser contados entre el número de los mártires sacrificados por la Iglesia y por la Patria.

El corto número de almas en las cuales se conservará el culto de la fe y de las buenas costumbres sufrirá un cruel e indecible al par que prolongado martirio; muchas de ellas descenderán al sepulcro por la violencia del sufrimiento y serán contadas como mártires que se sacrificaron por la Iglesia y por la Patria”. (Revelaciones de María del Buen Suceso).

Canción de amor patria del padre Leonardo Castellani.

 “Amar la patria es el amor primero
y es el postrero amor después de Dios;
y si es crucificado y verdadero,
ya son un solo amor, ya no son dos.

Amar la patria hasta jugarse entero,
del puro patrio Bien Común en pos,
y afrontar marejada y viento fiero:
eso se inscribe al crédito de Dios.

Dios el que no se ve, Dios insondable;
de todo lo que es Bien, oscuro abismo,
sólo visible por oscura Fe.

No puede amar, por mucho que d’Él hable
del fondo de su, gélido egoísmo,
quien no es capaz de amar ni lo que ve”.

(Padre Leonardo Castellani).

«¡Oh, te ruego que vengas, Cristo Jesús, Rey del Cielo y de la Tierra; ven Señor, Alfa y Omega, Principio y Fin, raíz y linaje de David, estrella espléndida y matutina; el que eras, el que eres, el que ha de venir, ven a libramos, ven a visitar tu viña, a custodiar y defender tu Iglesia, ven a regir el orbe de la Tierra en justicia: Vara de equidad es la vara de tu Reino. Adveniat regnum tuum. Veni Domine lesu!»

Fuente: Adelante la Fe

Dios Padre: Yo revelo Mis planes futuros para los Nuevos Cielos y la Nueva Tierra

27 de junio de 2012

Mensaje del Libro de la Verdad 🏹

Hoy Yo revelo a todos Mis hijos Mis planes futuros para los Nuevos Cielos y la Nueva Tierra. 

Cuando ellos se fusionen en Un solo Glorioso Paraíso habrá doce naciones.

Estas naciones estarán compuestas de algunas naciones en el mundo que me han mostrado lealtad a Mí, Dios el Padre, a Mi Hijo Jesucristo y a la Madre de Dios, la Reina del Cielo. 

Aquellas dispersas, serán reunidas para unirse a aquellas otras naciones como una sola, unidas como una Santa Familia.

Mi Voluntad será honrada. Todos vosotros tendréis el don del libre albedrío pero estará entrelazado con el Mío. Solo entonces la verdad del Paraíso será verdaderamente revelada. 

Mis doce naciones están simbolizadas en las doce estrellas en la mujer en el Libro del Apocalipsis. 

La mujer es la Madre de Dios y ella usa las doce estrellas para simbolizar dos cosas.

Los doce apóstoles que ayudaron a Mi Hijo a establecer Su Iglesia en la Tierra. 

Las doce naciones especialmente elegidas formarán la única, verdadera y apostólica Iglesia en la Nueva Tierra, cuando el Cielo y la Tierra se fusionen como uno solo en Mi Nuevo Glorioso Paraíso.

Este es el momento que he estado esperando pacientemente. 

Mi Divina Voluntad, que creó el Paraíso para Adán y Eva y el cual fue arrojado a un lado,  por causa de la tentación del maligno, ahora se cumplirá y entonces esta vez el Paraíso será perfecto. 

Mi Hijo, Rey de la Humanidad, Rey del universo, reinará sobre Mi Nuevo Paraíso en la Tierra. 

Él designará líderes en cada nación, todos juntos, unidos por Mi Divina Voluntad. 

Las gentes de esas naciones honrarán a Mi Hijo en la forma que se le debe honrar, la única forma, en paz y amor mutuo. 

Su Bendita Madre, la Madre de la Salvación, fue coronada Reina del Cielo y también reinará como Reina del Nuevo Paraíso.

Su Coronación en el Cielo fue una Manifestación Divina muy especial de su labor en el futuro de la salvación del mundo. 

Ella fue coronada con Gran Honor y Esplendor por la labor que ella desempeñó, no solo como la Madre de Dios y como Esposa del Espíritu Santo, sino como la Madre de la Salvación, a la que le fue dado el poder de destruir a Satanás. 

Fue Mi Bienamado Hijo quien amorosamente colocó la corona de doce estrellas sobre la cabeza de la Madre de Dios en su Coronación. 

Será Mi Hijo quien colocará la corona sobre su cabeza en el Nuevo Paraíso como la Reina de todos los hijos de Dios. 

Mi Plan Divino para salvar a la humanidad ya ha comenzado. 

Es Mi deseo que esta Misión me ayude a reunir a las almas perdidas en cada rincón de la Tierra y a salvarlas del enemigo, antes de que sea demasiado tarde. 

Mi Divina intervención probará Mi amor por todos Mis hijos. 

Nada es imposible. Nada es imposible en Mi batalla contra el ejército de Satanás.  

Yo os traeré un nuevo mundo que os asombrará en toda su magnífica gloria. Está listo. 

Su belleza y esplendor está más allá de la capacidad humana de imaginarlo.  

Cuando lo presenciéis, vosotros tendréis vida eterna. 

Rezad para que aquellos pobres hijos Míos, que no creen en Mí, Dios el Altísimo, que no obedecen Mis Leyes y que cometen terribles atrocidades los unos contra otros, se arrepientan. 

Yo no quiero perder ni a uno solo de Mis hijos. 

Ayudadme a traerlos a esta maravillosa y gloriosa heredad. Desafortunadamente, debe ser por su propio libre albedrío. 

Yo os amo hijos, con una pasión desconocida para la humanidad. 

Venid a Mí a través de Mi Hijo, como uno solo. 

El momento para el Nuevo Paraíso en la Tierra está muy cerca, pero a vosotros se os ha concedido el tiempo para ayudar a convertir a la humanidad a través de esta Misión del 7° Ángel en la Tierra que trabaja con Mi Hijo para traer a Mi familia hacia Mí.

Vuestro Amoroso Padre

Creador de todas las cosas visibles e invisibles

Dios el Altísimo

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