Bautismo de Valentino Mora
Una foto asombrosa se transformó en un mensaje de fe. ¿Qué significado tiene el Bautismo?
Fue tomada en 2009 en el bautismo de Valentino Mora, hijo de Erica, una mamá soltera de 21 años que le pidió como un favor a la fotógrafa Silvana Salles que retrate a su hijo. Los protagonistas de esta incríble historia hablaron con Cadena 3.
La foto del bautismo de Valentino Mora recorrió Internet, porque en el momento en que el padre Osvaldo Macaya le echa el agua bendita, el líquido que cae forma un rosario.
Esta historia se comenzó a escribir el 10 de octubre cuando en la Parroquia de la Asunción de Nuestra Señora de la localidad cordobesa de Despeñaderos se celebró el bautismo de Valentino, un bebé de poco más de un mes, hijo de Erica Mora, de 21 años y madre soltera del pequeño.
En el momento en que Valentino pasó a la Pila Bautismal para recibir el sacramento del bautismo, Erica le pidió a la fotógrafa María Silvana Salles, que se encontraba en el lugar contratada por otros padres, que tomara una foto de su hijo como un favor, ya que la joven mamá no tenía forma de pagarle.
María Silvana, tiene 30 años, y un estudio Foto imágenes de fotografía.
La fotógrafa, conmovida por el pedido de Erica, accedió a tomarle una foto a Valentino.
María Silvana trabaja con una cámara tradicional y debió enviar el rollo a revelar a una casa de fotos en Córdoba.
La sorpresa fue mayor cuando le enviaron las copias y Silvana advirtió que el agua derramada de la cabecita de Valentino formaba un perfecto rosario.
Silvana fue con la foto al padre Macaya porque no daba crédito a lo que veían sus ojos.
El sacerdote, en diálogo con Cadena 3 contó qué significa para él esta foto: “La fotógrafa vino muy contenta y luego la noticia se desparramó por todo el pueblo. A mí mucho no me impactan esos signos, yo me quedo con los sacramentos”.
“Justamente el Evangelio de esta semana dice: ‘Esta generación perversa y malvada pide un signo y no le será dado otro porque tiene el signo de Jonás y aquí hay alguien más que Jonás, haciendo referencia a la muerte de Jesús en la Cruz para la salvación de todos’”, explicó el padre Macaya.
Por su parte María Silvana Salles en diálogo con Cadena 3 contó cómo vivió esta experiencia
“A mí me contrataron para ir a sacar fotos a un bautismo y cuando llegué a la Iglesia esta chica me pidió si le podía sacar fotos también a su hijito, yo le dije que si”
“Después mandé a revelar las fotos a Estudio A en Córdoba y cuando me llegan las fotos, me doy cuenta que hay un rosario”
“Cuando la veo me fui a hablar con el Padre (Macaya)”
“Me siento una elegida por haber sacado esa foto”.
“Mucha gente viene a verla incluso de otros pueblos”
Silvana dice que esto es “una señal de que hay que creer en Dios”

Por el Bautismo nos hacemos hijos de Dios
Fuimos bautizados en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo, para entrar en comunión con la Trinidad Beatísima. En cierto modo se han abierto para cada uno de nosotros los cielos, a fin de que entremos en la casa de Dios y conozcamos la filiación divina. «Si tuvieses piedad verdadera –enseña San Cirilo de Jerusalén–, también descenderá sobre ti el Espíritu Santo y oirás la voz del Padre desde lo alto que dice: este no es el Hijo mío, pero ahora después del Bautismo ha sido hecho Mío». La filiación divina ha sido uno de los grandes dones que recibimos aquel día en que fuimos bautizados. San Pablo nos habla de esta filiación y, dirigiéndose a cada bautizado, no duda en pronunciar estas dichosísimas palabras: Ya no eres esclavo sino hijo: y si hijo, también heredero.

En el rito de este sacramento se indica que la configuración con Cristo tiene lugar mediante una regeneración espiritual, como enseñaba Jesús a Nicodemo: quien no renaciere del agua y del Espíritu Santo, no puede entrar en el Reino de Dios. «El Bautismo cristiano es, en efecto, un misterio de muerte y de resurrección: la inmersión en el agua bautismal simboliza y actualiza la sepultura de Jesús en la tierra y la muerte del hombre viejo, mientras que la emersión significa la resurrección de Cristo y el nacimiento del hombre nuevo». Este nuevo nacimiento es el fundamento de la filiación divina. Y así, por este sacramento, «los hombres son injertados en el misterio pascual de Jesucristo: mueren con Él, son sepultados con Él y resucitan con Él; reciben el espíritu de adopción de hijos, por el que clamamos Abba! ¡Padre! (Rom 8, 15), y se convierten así en los verdaderos adoradores que busca el Padre». Esta filiación lleva consigo la aniquilación de todo pecado del alma y la infusión de la gracia.
Por el Bautismo se perdonan el pecado original y todos los pecados personales, y la pena eterna y temporal debida por los pecados. El ser configurados con Cristo resucitado, simbolizado en la emersión del agua bautismal, indica que la gracia divina, las virtudes infusas y los dones del Espíritu Santo se han asentado en el alma del bautizado, la cual se ha constituido en morada de la Santísima Trinidad, Al cristiano se le abren las puertas del Cielo, y se alegran los ángeles y los santos.
En la naturaleza humana permanecen aquellas consecuencias del pecado original que, si bien proceden de él, no son en sí mismas pecado, pero inclinan a él; el hombre bautizado sigue sujeto a la posibilidad de errar, a la concupiscencia y a la muerte, consecuencias todas ellas del pecado original. Sin embargo, el Bautismo ha sembrado ya en el cuerpo humano la semilla de una renovación y resurrección gloriosas. ¡Qué diferencia tan enorme entre la persona que iba, o llevaban, camino de la iglesia para recibir este sacramento, y la que vuelve ya bautizada! El cristiano «sale del Bautismo resplandeciente como el sol y, lo que es más importante, vuelve de allí convertido en hijo de Dios y coheredero con Cristo».
Demos muchas gracias al Señor por tanto bien, que querríamos comprender hoy en toda su grandeza. Por último, te pedimos… Señor, humildemente que escuchemos con fe la palabra de tu Hijo para que podamos llamarnos y ser, en verdad, hijos tuyos. Es nuestro mayor deseo y nuestra más grande aspiración.
https://www.hablarcondios.org/meditaciondiaria.aspx
Nunca nieguen a sus hijos el Sacramento del Bautismo

Mensaje del Libro de la Verdad
21 noviembre 2010
Recen por los niños pequeños, sus hijos e hijas y la juventud en el mundo. Cada uno de ellos merece que se le muestre la verdad. No se les mostró la verdad del amor de Dios ni se les dio orientación por sus padres, debido a la oscuridad espiritual que ha existido en la tierra en las dos últimas décadas. Aunque su propia fe sea débil, no eludan su deber, como padres, de darles acceso a los sacramentos, especialmente el Bautismo. Nunca se atrevan a negar este sacramento tan importante a su propio hijo. Muchos padres que se mantienen orgullosamente firmes mientras proclaman sus puntos de vista de incredulidad, están dañando las almas de sus hijos. Den a sus hijos el don de los sacramentos. Con el tiempo, ya sea que ellos les agradezcan por esto o me nieguen. Eso dependerá de ellos.
Niéguenme si tienen que hacerlo, pero no me roben las almas de Mis hijos. Ustedes pueden ser sus padres en la tierra, pero ellos son los hijos de Mi Padre Eterno, el Creador y Hacedor de todas las cosas. No traten de llevarlos a la oscuridad con ustedes. Recuerden de nuevo que a pesar de sus propias creencias, Yo los amo a todos ustedes.
Su Divino Salvador y Juez
Jesucristo, Hijo del Padre Eterno
Leer más: http://m.elgranaviso-mensajes.com/news/a21-nov-2010/
Mediante el Sacramento del Bautismo, el poder de la bestia se debilita

Mensaje del Libro de la Verdad 📖
16 de diciembre de 2013
Mi amadísima hija, cuando estás cerca de Mi Corazón y cuando las almas se abandonan por completo a Mí, varias cosas suceden.
Primeramente, cualquier miedo de intervención humana en vuestras vidas, desaparecerá. En su lugar estará la paz y la alegría, que provienen de Mí cuando verdaderamente Yo vivo en vuestro corazón y alma. Ninguna cantidad de abuso, crueldad o crítica pueden penetrar vuestra alma, porque habrán entregado este dolor a Mí. Es por esto, que debéis permanecer siempre en calma y en silencio frente a tales ataques.
La Gracia inmediata que se os dará, será la fortaleza para soportar la tentación de pecar. Esta tentación, que es colocada ante todas las almas, diariamente, por el diablo, es muy poderosa y muy pocas personas tienen la fuerza de voluntad para evitar caer en pecado. Pero cuando hayáis entregado vuestra voluntad a la Mía, es Mi Voluntad que residirá dentro de vuestra alma, la que entonces vencerá las tentaciones colocadas ante vosotros.
Nunca, nunca, subestimen cuánto de control absoluto tiene Satanás sobre la raza humana. Este poder es como una tormenta potente y así como una fuerte, feroz ráfaga de viento os puede tirar al suelo del golpe, la seducción, colocada ante vosotros por el maligno, es parecida a una fuerza, que os levantará en segundos y os empujará al pecado, que tratáis de evitar.
El hombre nace con pecado. Mediante el Sacramento del Bautismo, el poder de la bestia se debilita. Entonces, mientras avanzáis a través de muchas pruebas y tentaciones de la vida, toda persona será seducida a todo tipo de pecado. Solo aquellos que trabajan mucho para evitar el pecado, vencerán la batalla violenta, que el maligno incrementará para devorar sus almas. La comunicación regular Conmigo es importante. Todo lo que necesitáis es hablar Conmigo en vuestras propias palabras. Pedidme regularmente que os perdone por los pecados de los que estáis arrepentidos. Recibid los Sacramentos regularmente. Después, finalmente, confiad en Mí, porque cuando lo hagáis, tengo el Poder para sacaros del abismo del pecado. Cuando entregáis vuestra voluntad a Mí, Mi Voluntad se convertirá en la fuerza impulsora para protegeros contra Satanás.
Abandonándoos a Mí por completo, perfeccionaréis vuestra alma.
Vuestro Jesús