
Las bendiciones para las uniones homosexuales violan “mayormente el orden eclesiástico”, pero existen, dijo el 3 de febrero el obispo de Maguncia, monseñor Peter Kohlgraf, en el sitio web BistumMainz.de, y seguirán existiendo [de acuerdo con la voluntad de Kohlgraf].
Ya en noviembre él permitió la publicación del libro “Paare.Riten.Kirche” [Ritos eclesiásticos para Parejas], en el que están contenidos “modelos litúrgicos para celebraciones de bendición” para los vínculos homosexuales.
Kohlgraf justifica el libro de la siguiente manera: “La mayoría de las bendiciones no están modeladas sobre la ceremonia para el matrimonio ni pretenden desarrollar una liturgia uniforme” [como si hubiera todavía una liturgia uniforme en alguna parte del Novus Ordo].
El personal de Kohlgraf en la curia de Maguncia contribuyó oficialmente en el controvertido libro. Kohlgraf dijo que tiene poco sentido si él, como obispo, intentara deshacer una “bendición” ya impartida: “¿Quiero romper tanta porcelana frágil entre la gente creyente?”
Kohlgraf difunde la teoría que “Dios” creó “homosexuales” a algunos, pero no ofrece ninguna prueba para justificar esto que dice. Insinúa que pocos homosexuales percibirían el llamado de la Iglesia a la castidad “como acto respetuoso”.
En Alemania, el cardenal Marx y los obispos Timmerevers (Dresden), Bode (Osnabrück) y Bätzing (Limburg) han pedido bendiciones homosexuales.
Según la Biblia y el Catecismo, los actos homosexuales van en contra de la naturaleza, un pecado grave y una abominación que clama al cielo por venganza.
es.news vía Religión, La Voz Libre
El matrimonio entre personas del mismo sexo es un pecado grave
16 de marzo de 2012

Mensaje del Libro de la Verdad 🏹
Mi querida y bienamada Hija, el dolor y el sufrimiento de Mis pobres seguidores quienes tienen que presenciar, con impotencia, como las nuevas leyes contrarias a Mis enseñanzas, están alcanzando niveles sin precedentes en el mundo.
Hijos, no sólo tenéis que presenciar el pecado, sino que además tenéis que ver como el pecado se os es presentado, y en donde se os obliga a aceptarlo como siendo algo humano.
Me refiero a un pecado en particular, el matrimonio entre el mismo sexo, el cual, lo presentan como un derecho natural.
Y entonces se espera de vosotros que aceptéis esta abominación mientras sea presentada ante el Trono de Mi Padre en una Iglesia.
A estas personas no les es suficiente aprobar el matrimonio entre personas del mismo sexo ante los ojos de la ley, sino que además quieren forzar a Dios Padre a darles Su bendición. Él nunca podría hacer esto ya que es un pecado grave ante Sus ojos.
¿Cómo se atreven a pensar estas personas que es aceptable exponer este acto abominable en las Iglesias de Mi Padre?
Hijos, Yo amo cada alma.
Amo a los pecadores.
Yo aborrezco sus pecados, pero amo a los pecadores.
Los actos sexuales entre personas del mismo sexo no son aceptados ante los ojos de Mi Padre.
Rezad por estas almas, porque las amo, pero no puedo concederles las Gracias que ellos desean.
Ellos deben saber, que no importa cuánto traten de aprobar los matrimonios entre personas del mismo sexo, ellos no tienen derecho a participar en el Santo Sacramento del Matrimonio.
Un Sacramento debe venir de Dios. Las reglas para recibir los Sacramentos deben provenir de las enseñanzas de Mi Padre.
Vosotros no podéis obligar a Mi Padre, Dios el Altísimo, a dar Su bendición, ni a acceder a Sus Santos Sacramentos a menos que sean respetados tal y como tienen que ser.
Ahora el pecado es presentado en el mundo como algo bueno.
Como He Dicho antes, el mundo está al revés.
Lo bueno es presentado como maligno y aquellas personas que tratan de vivir según las leyes de Dios Padre son despreciadas.
La maldad, no importa como se trate de disfrazar, no puede ser transformada en un acto bondadoso ante los Ojos de Mi Padre.
Mi Padre castigará a aquellos que continúen haciendo alarde de sus pecados ante Él.
Prestad atención a ésta advertencia porque vuestros pecados, los cuales son llevados a cabo cuando rechazáis obedecer a Dios, no serán ni podrán ser perdonados.
Ésto se debe a que os negáis a aceptar el pecado como lo que és.
Vuestro Salvador
Jesucristo