Cada día se hace más patente que es a nosotros a los que se nos ha llamado a estar en vida en un momento temporal en el que los acontecimientos revelados como los últimos tiempos se desencadenan ante nuestros ojos.
Señor hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo y venga a nosotros Tu Reino de amor y de paz. Nuestros corazones te claman y en Tí esperan.
Estamos viviendo tiempos que no pensábamos que se refieran a nosotros, revelaciones que pensábamos que eran para otras generaciones y no para nosotros. Cada día se hace más patente que es a nosotros a los que se nos ha llamado a estar en vida en un momento temporal en el que los acontecimientos revelados como los últimos tiempos se desencadenan ante nuestros ojos.
Ya comienzan las primeras muestras de una persecución a todos los que no seguimos los dictados de las mayorías en una dictadura sanitaria sin sentido, que trata de encolerizar y polarizar a la población, de dividirla y de subyugarla con medidas desproporcionadas que no buscan la salud y bienestar de la población, sino su represión, su enfermedad y su muerte.
Así se habla hoy de medidas que hubieran parecido de ciencia ficción hace solo un par de años, como un pasaporte para poder desarrollar una vida normal, algo contrario a los derechos constitucionales y a los derechos humanos.
Salen a la palestra autoridades y “celebridades” de los medios de manipulación de masas (los medios de comunicación a los que se les manda qué comunicar desde “arriba”) que se permiten insultar y amenazar, con impunidad, a parte de la población que ha decidido libremente y dentro de la legalidad, no seguir los dictados de la mayoría aplastante en lo referente a la admisión de un tratamiento genético experimental que se está demostrando ineficaz y, en muchos casos, letal.
¿Es que ya no existe respeto a la libertad individual o a la libertad de conciencia?
¿Es que ya no merecen protección las minorías que pueden ser aplastadas por una mayoría?
¿Es que ya no existe el más elemental principio de igualdad de todos ante la ley?
Si todos somos iguales ante la ley, todos tenemos derecho a decidir sobre nuestra salud, nuestro cuerpo, y también sobre nuestra alma.
Solo Cristo en nuestro Rey y solo a Él rendimos cuentas.
La adopción de un tratamiento basado en la muerte de los inocentes no es admisible, ni aun cuando éste fuera seguro y eficaz, que claramente se ha demostrado no lo es. La admisión de tratamientos basados y producidos a partir de células fetales, obtenidas mediante la muerte de tantos y tantos inocentes, es secundar o admitir algo intrínsecamente maligno e injustificable. Nunca el fin justifica los medios, cuando estos medios consisten en matar y aprovecharse de la muerte de tantos inocentes.
Si hemos de ser perseguidos y atacados por no aceptar este tratamiento maligno y letal, así sea Señor. Trataremos de hacer brillar la luz de la verdad ante tanta oscuridad con ayuda de Dios, del Espíritu Santo y la intercesión de la Santísima Virgen ante Jesucristo nuestro Señor.
Ven Señor Jesus y reina para siempre en nuestros corazones.
Danos fuerza para enfrentar las acechanzas del demonio y sus secuaces.
Tu eres el poder y la gloria por siempre Señor.
Venga a nosotros Tu Reino de Amor y de Paz.
Ven Señor Jesus, MARANATHA
¡Viva Cristo Rey! ¡¡VIVA!!
🛡️Ejército Remanente
Vengo a cumplir la Divina Voluntad de Mi Padre y para completar la Alianza

Mensaje del Libro de la Verdad 🏹
17 de septiembre de 2013
Mi amadísima hija, cuando encuentras esta Obra difícil y vacilas en dar el mundo malas noticias, debes entender que eres solo el mensajero. Eres un instrumento del Santo Dios, el Altísimo y es tu deber responder a Su Llamado. Tu obediencia es esencial y no debes temer las repercusiones, que pueden sucederte como profeta del Señor.
Todos los acontecimientos predichos han sido establecidos en el principio y forman parte del Plan de Dios para completar la Alianza para reunir a Sus hijos, finalmente, para que ellos puedan vivir en armonía en Su Divina Voluntad. La batalla final entre la jerarquía de Mi Padre y el maligno significa que muchas personas, quienes se dejan a sí mismos expuestos, se infestarán por el pecado y se volverán contra sus hermanos, que permanecen leales a Dios.
Cuando la batalla esté siendo librada muchas atrocidades malvadas se llevarán a cabo, por los enemigos de Dios, en contra de Sus amados hijos. Pero, como os he dicho antes, solo pueden ir hasta cierto punto, porque no tienen el poder para destruir a la humanidad, aunque ellos creen que lo tienen.
Consoláos, todos vosotros, porque Mi Padre intervendrá con las acciones perversas de aquellos que quieren controlar a todas las naciones y Él los dejará muertos – aquellos que se atrevan a herir a Sus hijos. Muchas pobres almas sufrirán durante tales persecuciones, pero Mi Padre es siempre misericordioso. Su Poder no puede ser tocado. Su Mano es Todopoderosa. Él puede, en cualquier momento, deshacerse de Sus enemigos. Pero las profecías predichas, y que deben llevarse a cabo antes de Mi Segunda Venida, son una realidad. Se desarrollarán de una manera, la cual puede no ser obvia para todos vosotros, pero sabed esto. La oración es vuestra arma. La oración os proporcionará la armadura que necesitáis para derrotar al maligno. La oración diluirá el impacto de la guerra, el sufrimiento y toda clase de persecución infligida sobre la raza humana por los enemigos de Dios. La oración os salvará y a todos aquellos por quienes rezáis. Vuestras oraciones destruirán el mal y cuando el Gran Día llegue lloraréis lágrimas de alegría cuando presenciéis la Nueva Generación, aquellos miles de millones de personas quienes han sido rescatadas debido a vuestra respuesta a Mi Llamado.
Mientras Mis Mensajes traen una mezcla de tristeza, temor, frustración – también traen esperanza porque crean mucha conversión. El Plan de Mi Padre es desconocido para la mayoría de vosotros. Lo que debéis comprender es esto. Su Plan destruirá a todos Sus enemigos. Al permitir que todas estas pruebas se lleven a cabo, Él liberará a la raza humana, finalmente, de su atadura al pecado. Sed pacientes. Estad tranquilos. Ya que pronto la alegría, el amor y la paz serán finalmente vuestros por la eternidad.
Vengo solo porque somos como uno solo – una santa familia en el Reino de Dios. Vengo por vosotros para llevaros a Mi Padre. Vengo a cumplir Su Divina Voluntad y para completar la Alianza. Vengo a traeros la Verdad.
Vuestro amoroso Salvador
Jesucristo