Pequeño manual táctico para combatir a la casta

La resistencia que se forma hoy es heterogénea, tiene muchas caras, traspasa fronteras, no es del todo predecible para el adversario.

Ulrike Reisner nos ofrece la segunda parte de su serie dedicada a la mejor táctica para combatir a la casta. Ella señala útilmente que la casta tiene un “ejército profesional” para difundir su propaganda cuando todos somos “aficionados”. Ella propone transformar esta debilidad en una fortaleza. Un texto de obligada lectura.

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[Primera Parte: Conocer las debilidades de la casta para combatirla].

por Ulrike Reisner

El arte de resistir contra fuerzas aparentemente insuperables es, entre otras cosas, desviarlas de tal manera que afecten al adversario mismo. La violencia monopolizada de la que abusa el Estado contra el ciudadano, en todas sus formas, debe ser desviada contra el propio Estado.

Cuando David pelea contra Goliat, la resistencia debe estar bien planeada. La piedra que golpeó al gigante entre los ojos fue un medio eficaz, ya que David conocía sus debilidades. Si hubiera sido un exaltado, habría pateado los pies de su oponente, con un resultado seguro diferente.

¿Cuáles son nuestras debilidades en la resistencia política que podemos compensar para ser más efectivos? Esto es lo que vamos a esbozar con la ayuda de tres ejemplos.

Intentamos vencer al oponente solo por medios legales.

Durante la crisis de Corona, muchas redes de resistencia intentaron combatir las violaciones masivas de los derechos fundamentales a través de medios legales. Los tribunales constitucionales de muchos países europeos han recibido solicitudes y apelaciones, la gran mayoría de las cuales han sido rechazadas (a menudo con argumentos formales falaces). Una de las raras excepciones es la sentencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) en el caso de Communauté genevoise d’action syndicale (CGAS) contra Suiza (solicitud n.º 21881/20). [1]

Cuando se trata de la protección del clima, las estrategias de escalada son cada vez más aceptables. En su libro “Cómo volar un oleoducto. Aprendiendo a luchar en un mundo en llamas”, Andreas Malm opina que junto a los grupos puramente no violentos en la resistencia, también debe haber grupos que utilicen tácticas como el sabotaje [2]. Lo que es válido para el clima también debería ser válido para la protección de los derechos fundamentales, en caso de violaciones masivas de los derechos fundamentales por parte de los Estados. La protección de los derechos y libertades fundamentales, tal como está anclada en los ordenamientos jurídicos europeos, otorga en esencia derechos de defensa y derechos de protección dirigidos al Estado o contra él, pero no derechos de ataque en el sentido de legítima defensa. Es una consecuencia del monopolio del Estado sobre el uso de la fuerza en Estados regidos por el estado de derecho.

Nos dejamos gobernar por el adversario

En la resistencia a las medidas anti-COVID a menudo se involucran personas que no han podido (o querido) ganar, hasta ahora, mucha experiencia política. Son sobre todo los médicos y los abogados los que tienden a descubrir los errores del adversario y a rectificarlos. Esto corresponde a su escuela de pensamiento. En cambio, la política, los medios de comunicación, los lobbies farmacéuticos y médicos tienen experiencia y formación política, conocen perfectamente esta debilidad de la respuesta. Por lo tanto, “alimentan” la resistencia con pequeños bocados, sabiendo que la resistencia persistirá.

Según mis observaciones, se aprecian especialmente los “anuncios” de políticos difundidos por los medios: “Covid-19 en Bélgica: Frank Vandenbroucke a favor de mantener el uso de mascarillas entre médicos y farmacias” [3] , “Covid: según a Bill Gates, es necesaria una dosis de vacuna cada seis meses a partir de los 50 años” [4] , “Covid: 3 mil millones de dólares para fortalecer la lucha contra la pandemia” [5] .

Lo que el adversario no espera son contraataques activos que él mismo debe afrontar. El estado ecuatoriano entregó recientemente un manifiesto soberano en persona a la sede de la OMS en Ginebra. Se anuncia que el pueblo ecuatoriano no tolerará bajo ningún concepto, ni siquiera en circunstancias de pandemia, que la soberanía de su patria sea burlada por un organismo internacional. [6]

Nos volvemos unos contra otros en lugar del adversario común

En varios países europeos, se ha formado resistencia política a raíz de la crisis de Corona para reformar los sistemas desde dentro. En Eslovenia, seis de estos partidos extraparlamentarios disputaron las elecciones parlamentarias de abril, pero ninguno de ellos logró ingresar al parlamento. Como alianza electoral habrían tenido 15 mandatos, lo que los habría convertido en el tercer partido más grande. Sin embargo, este acercamiento no fue posible a pesar de los intensos esfuerzos.

En Alemania, el partido democrático de base (Basisdemokratische Partei Deutschland) se fundó en el contexto de las protestas contra las medidas anti-COVID. Se postuló en las elecciones federales de 2021, así como en varias elecciones regionales, pero no logró ingresar a los parlamentos. Según un informante, la base alemana se caracteriza por conflictos constantes y disputas sin sentido.

El adversario también tiene esto en cuenta: tan pronto como un movimiento de resistencia alcanza cierto tamaño e importancia, las ofertas de compra y soborno se suceden para avanzar en la división.

¿Por qué no atacar?

Cualquiera que se dedica a la resistencia política sabe el momento en que a uno le gustaría hacer hablar a los puños. ¿Por qué perder un tiempo precioso en discusiones inútiles? ¿Por qué estudiar al adversario y a uno mismo, conocer sus estrategias y tácticas? ¿Por qué no crear condiciones claras de inmediato, si es necesario por la fuerza?

En el Bosque de Teutoburgo, los alemanes eran inferiores a los romanos. Pero a diferencia de ellos, no podemos ni siquiera nombrar a nuestro adversario de manera concreta, se nos presenta de forma abstracta, como una red difusa de políticos, multinacionales, cabilderos y medios de comunicación. Nuestro adversario es una hidra de múltiples cabezas, a la que le vuelven a crecer “en tiempo real” cabezas que aún no hemos cortado.

Entonces, ¿dónde debemos atacar? La toma de la Bastilla aún era rastreable. ¿Y quién lucharía junto a nosotros? ¿El pueblo? ¿Las personas que el historiador británico Ian Morris describe como cobardes, perezosas y codiciosas en su extraordinario libro “Por qué gobierna Occidente – por ahora”? [7] ¿ La gente que, en caso de duda, se vuelve hacia los gobernantes en lugar de contra ellos? ¿Y cuál sería la contrarreacción?

“Este ataque, este asedio, fue puro y simple comportamiento criminal, y es un comportamiento que nosotros, el FBI, consideramos terrorismo doméstico”. [8]Fue con estas palabras que Christopher Wray, director del FBI, comentó en marzo de 2021 ante el Comité Judicial cómo, desde su punto de vista, deberían clasificarse todas las personas que habían participado en el “asalto al Capitolio”. El FBI, en colaboración con la Policía Metropolitana de Washington, también hizo todo lo posible: tras los llamamientos públicos (y la promesa de recompensas), se recibieron unos 140.000 archivos que contenían pruebas, muchos de ellos resultantes de un pirateo exitoso de la red social Parler. Los datos del GPS del teléfono celular se han analizado y vinculado, al igual que los mensajes de voz, videos o fotos pirateados. El resultado fueron varios cientos de denuncias y demandas concretas contra personas a las que el FBI llamó “mobs”.

Mil pinchazos debilitan al oponente

Y, sin embargo, las oportunidades se nos presentan, porque lo que el adversario no espera son innumerables ataques de la resistencia, sin parar y en diferentes niveles. Ataques cuya frecuencia y aleatoriedad son tan impredecibles que bloquean cada vez más las fuerzas del oponente. Es una guerra asimétrica, la resistencia debe desestabilizarse y comunicarse entre sí, tiene medios muy limitados y debe apoyarse en el efecto sorpresa.

¡Hagamos visible esta resistencia, salgamos a la calle, demostremos cuántos somos! ¡Pone nerviosa a la política!

Neguémonos a obedecer parando el trabajo, esto también desestabiliza el lobby económico. ¡ Piensa en Génova [9] o en las huelgas de camiones [10] ! ¡Aprendamos de la estrategia de los chinos de retrasar legalmente la producción y la entrega!

¡Formemos redes y comunidades, aseguremos sistemas resilientes en el campo de los servicios básicos, la energía, la protección de datos!

Y dejemos las fronteras atrás, mira en otros países, te asombrarás de cuánta resistencia hay. Busca aliados, forja alianzas, si hablas un idioma extranjero, ¡úsalo!

La gran ventaja de la resistencia actual es su “antifragilidad”, como la llama Nassim Nicholas Taleb [11] : “La antifragilidad tiene una actitud positiva frente al azar y la incertidumbre, e incluye también, lo que es decisivo, la preferencia por un cierto tipo de error ”. La resistencia que se forma hoy es heterogénea, tiene muchas caras, traspasa fronteras, no es del todo predecible para el adversario.

La inteligencia artificial y sus poderosos usuarios, ya sea en juegos de simulación o comando y control, pueden ser superados por decisiones y acciones creativas, a veces irracionales.

El arte de resistir contra fuerzas aparentemente insuperables es, entre otras cosas, desviarlas de tal manera que afecten al adversario mismo. La violencia monopolizada de que abusa el Estado contra el ciudadano, en todas sus formas, debe ser desviada contra éste mismo.

Petit manuel tactique pour combattre la caste, par Ulrike Reisner