El sistema de salud mental moderno ignora los daños espirituales y físicos obvios causados por los psicotrópicos. Si genuinamente reconociera estas realidades, la psicología y la psiquiatría modernas quebrarían.
Los psicofármacos son la “solución” de referencia para la industria de la salud mental. En lugar de abnegar el orgullo y el amor propio, el hombre moderno ha optado por tratar su ansiedad y depresión huyendo de sus cargas percibidas en lugar de abrazarlas y sufrirlas bien.
por Paul Brock III
El daño de los psicotrópicos
Peligrosas tanto física como espiritualmente, las drogas psicotrópicas son la “solución” para la profesión de la salud mental.
Es comprensible que un sistema sin base moral ignore el peligro espiritual, pero uno pensaría que, al menos, tendría cierta precaución con respecto a las amenazas físicas evidentemente obvias. Este no es el caso.
Los psicotrópicos siempre se enumeran como la principal forma de “tratamiento” para cualquier alma en apuros.
Por ejemplo, la Asociación Estadounidense de Psiquiatría (APA, por sus siglas en inglés) enumera “terapia de conversación y medicamentos” como tratamiento para el trastorno de ansiedad. La APA hace lo mismo con la depresión, elevando nuevamente la medicación como el remedio clave.
Pero este maltrato solo proviene de diagnósticos erróneos, ya que la psicología moderna no tiene otra lente que la material. Esta es la razón por la cual las drogas son la respuesta para los principales profesionales de la salud mental; es decir, creen que el problema central es físico cuando en realidad es metafísico (más allá de la física).
Respecto a la ansiedad, la APA recomienda que “el primer paso es acudir al médico para asegurarse de que no hay ningún problema físico que provoque los síntomas”.
Con respecto a la depresión, la APA afirma que “la química cerebral puede contribuir a la depresión de un individuo y puede influir en su tratamiento. Por esta razón, se pueden recetar antidepresivos para ayudar a modificar la química cerebral”.
Entonces, según la APA, la llamada enfermedad mental no es causada por elecciones morales, sino por una química cerebral irregular.
Lo que realmente causa la ansiedad, la depresión
A pesar de que esta “teoría del desequilibrio químico” nunca se ha probado (ni se podrá probar nunca), el sistema de salud mental aún se aferra a ella porque es lo que mantiene los ojos de las personas alejados de la verdadera causa de sus problemas. Mejor dicho, si las personas se dieran cuenta de que la causa de sus problemas son sus propias malas decisiones en lugar de un desequilibrio químico, no buscarían el uso de psicotrópicos: desearían cambiar sus vidas de manera auténtica.
El Dr. GC Dilsaver, fundador del Instituto de Psicomoralidad, que estudia y trata los trastornos mentales desde una perspectiva tomista, brinda una definición más razonable de ansiedad:
La llamada Ansiedad General, como su nombre lo indica, es ciertamente un miedo psicomoral, pues no es un miedo a esto o aquello, sino a todo; es decir, es el temor de la propia existencia. Como tal, es una angustia que sí tiene un fundamento en la realidad, en la existencia misma de la persona y en sus circunstancias particulares de vida. Porque los caminos de Dios no son los caminos del hombre, y así la realidad necesariamente amenaza el orgullo y el amor propio de una persona.
La psicomoralidad también define la depresión, también conocida como autocompasión, como “una defensa que surge de la ansiedad. Esta defensa desencadena una reacción instintiva de huida de cualquier cosa que amenace el orgullo”.
El Dr. Dilsaver profundiza en este fenómeno y dice: “La depresión psicomoral es específicamente una tristeza o autocompasión que se niega a aceptar las humillaciones de la realidad, de la existencia humana y las circunstancias personales de uno”.
Aceptar estas humillantes realidades de la vida es lo que purifica al hombre y redunda en su maduración, insiste Dilsaver.
Tanto la ansiedad como la depresión implican la elección de huir de la realidad, y es la elección (el libre albedrío) lo que la psicología moderna no tiene en cuenta. Como tal, la ansiedad y la depresión se “remedian” con psicotrópicos que adormecen la mente. Además de eso, a los consejeros no se les permite decirles a sus pacientes cuáles son estos trastornos en realidad, ya que esto contradiría toda la base de la profesión de salud mental.
Psych System admite: las drogas lo empeoran
Los psicotrópicos, en efecto, son perjudiciales para la vida espiritual del hombre cuando embotan y adormecen la realidad, pero también tienen graves defectos físicos.
La propia industria de la salud mental ahora tiene estudios que muestran que los psicotrópicos hacen que una persona sea más susceptible a los mismos síntomas que busca aliviar.
Por ejemplo, un artículo de la industria señaló: “La evidencia de muchas fuentes confirma que los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS) comúnmente causan o exacerban una amplia gama de condiciones mentales y conductuales anormales”.
Para mayor claridad, los ISRS son una clase de medicamentos que se usan predominantemente como antidepresivos.
Si la depresión es realmente causada por un desequilibrio químico en el cerebro, entonces el uso de antidepresivos tendría sentido, pero no lo es, y el sistema de salud mental también lo admitió en 2015.
Un artículo que reflexionaba sobre la industria señaló: “En la última década, tanto la profesión de psiquiatría como la industria farmacéutica han retirado las afirmaciones generalizadas de desequilibrio químico en la depresión”.
Aunque el sistema de salud mental, en la superficie, señala estas cosas, todavía se aferra a la necesidad de tratar las deficiencias espirituales con algo material y superficial.
En pocas palabras, el sistema de salud mental moderno ignora los daños espirituales y físicos obvios causados por los psicotrópicos. Si genuinamente reconociera estas realidades, la psicología y la psiquiatría modernas quebrarían.
Solo Yo, Jesucristo, puedo concederos la paz de la mente
Mensaje del Libro de la Verdad 🏹
02 de marzo de 2014
Hay momentos de lucha cuando la gente puede sentirse impotente. Hay momentos de tragedia cuando se sienten asustados. Y hay momentos en que el hombre se desespera y toda esperanza se evapora de su vida. Luego están los momentos de miseria en que el hombre se aísla de los que ama – cuando siente que la vida es demasiado difícil de soportar para él, Yo digo a los que soportan tanto dolor que me llamen y me pidan, a vuestro Jesús, que les quite su sufrimiento. Ofrecedme todas vuestras pruebas, cuando lleguen a hacerse en demasía para que vosotros las podáis soportar. Es en ese momento, cuando entreguéis vuestra terrible angustia, Yo voy a levantar la nube que oscurece vuestra alma y que confunde vuestra mente.
Jamás cedáis ante el sufrimiento. Nunca sintáis que todo es imposible, porque una vez que vosotros me tenéis, lo tenéis todo. Yo soy vuestro apoyo en esta vida y solo Yo puedo ayudaros. El hombre siempre debe esforzarse por sobrevivir, luchar contra la injusticia, defender la virtud y nunca tener miedo de proclamar la Verdad. Pero cuando lo que presenciáis os trae gran dolor y sufrimiento, a causa de injusticias, solo Yo puedo sosteneros durante tales tribulaciones.
Nada que el mundo tenga para ofrecer puede traerles verdadero consuelo en vuestros momentos de necesidad. Solo Yo, Jesucristo, puedo concederos la paz de la mente y la fuerza y valentía para soportar el odio, la injusticia, la persecución y el aislamiento. Debo ser vuestra primera opción en vuestros momentos de necesidad, cuando debéis llamarme. Solo Yo os traeré de la ansiedad, a la calma, a la paz y a la libertad, porque Yo Soy el Amor y cuando el amor reside en vuestras almas podéis hacer cualquier cosa.
Vuestro Jesús
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