Amigos, aquí está la razón de nuestra Esperanza, de nuestra certeza en la Victoria

por San Juan Crisóstomo

Muchas son las olas que nos ponen en peligro, y una gran tempestad nos amenaza: sin embargo, no tememos ser sumergidos porque permanecemos de pie sobre la roca. Aun cuando el mar se desate, no romperá esta roca; aunque se levanten las olas, nada podrán contra la barca de Jesús. Decidme, ¿qué podemos temer? ¿La muerte? Para mí la vida es Cristo, y una ganancia el morir. ¿El destierro? Del Señor es la tierra y cuanto la llena. ¿La confiscación de los bienes? Sin nada vinimos al mundo, y sin nada nos iremos de él. Yo me río de todo lo que es temible en este mundo y de sus bienes. No temo la muerte ni envidio las riquezas. No tengo deseos de vivir, si no es para vuestro bien espiritual. Por eso, os hablo de lo que sucede ahora exhortando vuestra caridad a la confianza.

¿No has oído aquella palabra del Señor: Donde dos o tres están reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio ellos? Y, allí donde un pueblo numeroso esté reunido por los lazos de la caridad, ¿no estará presente el Señor? me ha garantizado su protección, no es en mis fuerzas que me apoyo. Tengo en mis manos su palabra escrita. Éste es mi báculo, ésta es mi seguridad, éste es mi puerto tranquilo. Aunque se turbe el mundo entero, yo leo esta palabra escrita que llevo conmigo, porque ella es mi muro y mi defensa. ¿Qué es lo que ella me dice? Yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo.

Cristo está conmigo, ¿qué puedo temer? Que vengan a asaltarme las olas del mar y la ira de los poderosos; todo eso no pesa más que una tela de araña. Si no me hubiese retenido el amor que os tengo, no hubiese esperado a mañana para marcharme. En toda ocasión yo digo: «Señor, hágase tu voluntad: no lo que quiere éste o aquél, o lo que tú quieres que haga». Éste es mi alcázar, ésta es mi roca inamovible, éste es mi báculo seguro. Si esto es lo que quiere Dios, que así se haga. Si quiere que me quede aquí, le doy gracias. En cualquier lugar donde me mande, le doy gracias también.

Además, donde yo esté estaréis también vosotros, donde estéis vosotros estaré también yo: formamos todos un solo cuerpo, y el cuerpo no puede separarse de la cabeza, ni la cabeza del cuerpo. Aunque estemos separados en cuanto al lugar, permanecemos unidos por la caridad, y ni la misma muerte será capaz de desunirnos. Porque, aunque muera mi cuerpo, mi espíritu vivirá y no echará en olvido a su pueblo.

Vosotros sois mis conciudadanos, mis padres, mis hermanos, mis hijos, mis miembros, mi cuerpo y mi luz, una luz más agradable que esta luz material. Porque, para mí, ninguna luz es mejor que la de vuestra caridad. La luz material me es útil en la vida presente, pero vuestra caridad es la que va preparando mi corona para el futuro.

De las homilías de san Juan Crisóstomo, obispo
Homilías antes de partir en exilio, 1-3

🛡️Ejército Remanente

Valioso ejército, pónganse ahora de pie mientras los guío

Mensaje del Libro de la Verdad 🏹

28 de Agosto de 2011


Mi muy querida bienamada hija: Satanás y sus demonios están intentando torturarte ahora. Tienes que ser reconocer este hecho y darle la espalda. No respondas o entres en su juego, porque cuando respondes, le das al maligno más poder sobre ti. Ignora sus burlas y sujeta Mi Mano, ya que Estoy a tu lado para protegerte de tal daño.

Di a Mis seguidores que ellos también sufrirán, ya que aceptan tomar Mi cáliz e ir por delante para difundir la Verdad de Mi retorno a la Tierra. Serán insultados, se reirán de ellos e intentarán tacharlos de tontos, mientras hablen en Mi Nombre. Diles que cuando esto suceda, desaparecerá cualquier duda que hayan podido tener en relación a estos Mensajes. Hijos míos, comprendan siempre que aquellos que proclaman públicamente Mi Verdadera Palabra que se les da a videntes auténticos, sufrirán el ridículo que la misma alma elegida, cuya labor es comunicar al mundo Mis Mensajes Divinos. A ustedes, Mi ejército, no les irá de forma diferente. Será para ustedes una lección difícil de asimilar. Sepan que ustedes siempre sufrirán en esta vida cuando caminen Conmigo. Sepan también que solo entonces se darán cuenta de que cargan Mi Cruz, porque solo entonces estarán calificados para comunicar Mi Palabra. Ningún profeta, ninguno de Mis apóstoles ha encontrado fácil este camino. Deben rezar para pedir la fuerza para sobrellevar estas pruebas, que probarán su fe hasta el extremo.

Cuando me ayuden a llevar Mi Cruz, para aliviar Mi Carga, ustedes serán cargados con esta. Si confían totalmente en Mí, pongan sus brazos en los Míos; los sostendré para darles la fortaleza que necesitan para este trayecto. Un camino que está tan lleno de espinas que sus pies podrían sangrar, sin embargo su Fe será tan fuerte, que no serán capaces de vivir su vida sin Mi Amor puro.

Ustedes, Mis queridos hijos, son Mi valioso ejército. Un día irán por las sendas del Cielo en gloriosa admiración, donde los Ángeles cantarán en alabanza del Trabajo que han realizado por Mí durante su vida en la Tierra. Yo recompenso a todos Mis devotos seguidores, por su lealtad y su amor inquebrantable hacia Mí. Mis almas elegidas, son bendecidas con el regalo de ver la Verdad, mientras otros, sencillamente, se dan la vuelta.

Recuerden que ahora se les da el Don del Espíritu Santo y, por consiguiente, no podrán negarme. Este camino estará, sin embargo, lleno de rocas, que podrían herir sus pies, lleno de piedras que los harán tropezar y de aquellos que les estorbarán, desafiantes, para bloquear su camino, amenazándolos y amedrentándolos para que se vuelvan por donde han venido.

Levanten su mano en forma de suave advertencia y digan:


“No rechazaré nunca el camino del Señor. Ni negaré la Existencia de Jesucristo, a Quien la humanidad ha intentado aniquilar, no solo durante Su padecimiento en la Cruz, sino también posteriormente. Yo soy Uno con Jesucristo. Hablo en Su Nombre. Camino con Él. Él me levanta, de manera que puedo también, de una manera humilde, ayudar a abrir sus corazones al Amor puro que Él guarda en Su Corazón por ustedes y solo para ustedes” 

Mi valioso ejército, pónganse ahora de pie mientras los guío por el Sendero accidentado, pero Divino, hacia el Nuevo Paraíso en la Tierra que les espera. Por favor, asegúrense de reunir con ustedes al mayor número posible de Mis hijos errantes a lo largo del camino, para así poder estar unidos como una familia.

Su amoroso Jesús
Redentor y Guía de toda la humanidad

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