Ha muerto el Papa Benedicto XVI -Por Juan Suárez Falcó

Por Juan Suárez Falcó

Queridos hermanos en la fe, el Papa, Benedicto XVI, ha muerto hoy, viernes 31 de diciembre de 2022.

Ha muerto el último día del año, como un claro preanuncio de Dios, de que viene un tiempo nefasto y oscuro. Ha muerto el día de la Virgen, sábado, víspera de María, Madre de Dios, y en el santoral de un papa, San Silvestre. Y ha muerto el día en que la primera lectura de la Misa, de la I Carta de San Juan, nos avisa de que viene el Anticristo, y de que estemos atentos los que, por pura gracia, conocemos la verdad de lo que está pasando en la Iglesia desde febrero de 2013.

Ha muerto el hombre que quería dedicarse, desde su ordenación sacerdotal al estudio teológico, pero que fue nombrado obispo. El hombre que quería dedicarse a la oración, pero que fue creado cardenal. El hombre que quería pasar desapercibido, pero al que llamó Juan Pablo II para ser guardián de la ortodoxia, como Prefecto de la Doctrina de la Fe. El hombre que quería volver a Baviera tas su jubilación, pero que fue elegido Papa de la Iglesia. El hombre que quería reinar desde la humildad, pero al que le dieron un golpe de Estado los mismos que le hicieron la vida imposible a Pablo VI, los mismos que asesinaron a Juan Pablo I y los mismos que atentaron contra la vida de Juan Pablo II en tantas ocasiones, los deicidas, los hijos de la viuda, la Sinagoga de Satanás. Ha muerto el hombre odiado por lefebvristas y modernistas.

Ha muerto el Papa que simuló su renuncia, haciéndola inválida, para confundir a los enemigos de la Iglesia, quedándose como papa reinante, mientras el Sinagoga de Satanás usurpaba el trono de Pedro y contribuía a separar el trigo de la cizaña.

Queridos hermanos, estamos en sede vacante, porque Bergoglio no es Papa. Él es el “intruso” del que nos habló Ana Katalina Emmerick, el usurpador del que habla el Tercer Secreto de Fátima, el motor de la apostasía de la Iglesia, que, en su parte putrefacta, se transformará en la Gran Prostituta del Apocalipsis, vestida del rojo y de la púrpura de los cardenales y obispos que defeccionen, la que se prostituirá con el mundo y con las falsas religiones, persiguiendo a los santos y embriagándose con su sangre.

Pero, hermano, no estamos huérfanos… Nosotros estamos en el corazón de la Mujer vestida del Sol. El Espíritu Santo guiará a la Iglesia, al resto fiel que no se someta a las abominaciones de Bergoglio, como guiaba a Israel la columna de fuego. Y será protegida por María Santísima Inmaculada, como la nube protegía a Israel del sol justiciero de la Ira de Dios, en su tránsito por el desierto.

Se está acabando el tiempo de la Misericordia, el tiempo de descuento del pontificado de Benedicto. Y quien no quiera pasar por la puerta estrecha del arrepentimiento y de la conversión deberá someterse a la Justicia de Dios.

La Virgen del Carmen nos avisó en Garabandal, cuando murió Juan XXIII, de que faltaban cuatro Papas, y después comenzaría el fin de los últimos tiempos. Tras Pablo VI, Juan Pablo I, Juan Pablo II y Benedicto XVI, ahora comienza el tiempo final. Quitado el katejos, el poder que frena, ahora Bergoglio y la masonería eclesiástica tienen el camino franco para actuar, y Dios lo permitirá. Vienen ahora la apostasía desenfrenada, el Anticristo, el cese del sacrificio perpetuo, la abominación desoladora, la persecución de la Iglesia fiel (la Gran tribulación) y, finalmente, la Parusía de Cristo y el Juicio de las Naciones.

Ojalá Benedicto haya dejado su testamento en buenas manos, y que en él haya puesto por escrito lo que tantos sabemos: que él era el Papa, que le dieron un golpe de Estado (preparado desde que en 1963 se entronizó a Satanás en la Capilla de Pablo VI del Vaticano), que Bergoglio no lo es, y que Benedicto se encontraba en sede impedida desde febrero de 2013. Si es así, el cisma se producirá ipso facto. Si no, el cisma se producirá cuando un resto de la Iglesia se niegue a aceptar las barbaridades que se quieren aprobar en el Sínodo de la Sinodalidad, preparado por Bergoglio para subvertir la doctrina de la Iglesia.

Dediquémonos a la oración, recemos sin cesar el Santo Rosario, frecuentemos los sacramentos en la Iglesia, que los administrará válida y lícitamente hasta que se produzca el cisma, imploremos a María Santísima para que nos guarde en su Inmaculado Corazón, como guardó a los apóstoles en el Cenáculo, porque, herido el pastor, se dispersarán las ovejas. No caigamos en las tentaciones del lefebvrismo, o de seguir a D. Minutella y su secta (que quiere entronizarle como Pedro Romano), porque Pedro Romano será elegido por el Cielo, en su momento.

Hermanos, tiempo de luto por lo que viene al mundo y a la Iglesia. Pero seamos luz de Cristo en estos momentos en que la confusión reinará, en que muchos seguirán al lobo que quedará rigiendo la Iglesia y a quien, hasta que les desbarranque hacia el abismo, se atarán por respetos humanos, por no haber amado la Verdad que les hubiera salvado.

Unidos a María Santísima nada hemos de temer, porque Ella le pisará la cabeza a la serpiente, ahora que se muerde la cola y abraza el mundo y la Iglesia.

Como Vara de Almendro

Ellos nunca prevalecerán contra Mi Iglesia

Mensaje del Libro de la Verdad 🏹

1° de septiembre de 2014

Mi Espíritu está muy presente en Mi Iglesia en la tierra en este momento, a medida que Mis enemigos se levantan ferozmente en contra de ella. Pueden azotar Mi Cuerpo que es Mi iglesia; pueden verter desprecio sobre la Palabra Verdadera de Dios; pueden burlarse de los Caminos del Señor, pero nunca prevalecerán en contra de Mi Iglesia.  Mi Iglesia está compuesta por aquellos que proclaman la Palabra Verdadera de Dios y que proporcionan los Sacramentos al pueblo de Dios, según lo establecido por Mis ApóstolesSolo aquellos que permanecen Fieles a Mis Enseñanzas, Mi Palabra, Mi Cuerpo y el Santo Sacrificio de la Misa, tal como fue dictada por Mí, pueden decir que son de Mi Iglesia.  Mi Iglesia, tal como está ahora, será aplastada – sus edificios derribados y saqueados, Mis siervos consagrados arrojados a las calles, en las que tendrán que mendigar, y la práctica del Sacrificio de la Santa Misa será abolida. Sin embargo, Mi Iglesia permanecerá intacta, a pesar de que se convertirá en un muy pequeño remanente de lo que una vez fue.

El Espíritu Santo de Dios guiará a Mi Iglesia a través de la agitación que tendrá que enfrentar, y así la Verdad sobrevivirá. Cada enemigo Mío tratará de destruir Mi Iglesia Verdadera. Entonces van a sustituirla por una falsa. Crearán nuevas escrituras, nuevos sacramentos y muchas otras blasfemias en Mi Santo Nombre. Pero, Mi Iglesia que es Mi Cuerpo, y Mis verdaderos seguidores permanecerán como uno en Santa Unión Conmigo. Luego, cuando todo parecerá haber sido destruido, quemado hasta los cimientos, las brasas de Mi Iglesia todavía centeallarán hasta el día que Yo venga de nuevo. Ese día, cuando Mi Iglesia, renovada y radiante con gran esplendor, haya resucitado y cuando todo el mundo proclame que es la única y verdadera Iglesia – la Nueva Jerusalén – todo hombre bueno beberá de su cáliz. Todo lo que era en un principio estará al final. Toda la vida creada por Dios se renovará tal como lo fue cuando el Paraíso fue creado para la raza humana.

Mi Espíritu está vivo y nunca puede morir porque Yo Soy la Vida Eterna – el dador de todo lo que el hombre necesita, para vivir una vida donde la muerte no tiene cabida. Siempre confíad en el poder de Dios cuando todo lo que presenciéis en el mundo os pueda parecer desleal, cruel, injusto y, a veces, aterrador. Mi Poder envolverá el mundo y Mi Amor unirá a todos aquellos con amor en sus corazones. Yo desterraré todo mal y cuando Mi Paciencia se haya agotado, Yo desterraré a todos Mis enemigos. Estoy aquí. No me he ido. Yo os guiaré ahora en este espinoso camino hacia Mi Reino Glorioso. Una vez que llegue ese día, cuando Yo anuncie Mi Segunda Venida, todas las lágrimas serán enjugadas. Toda la tristeza llegará a un abrupto final y, en su lugar estará el amor, la paz y la alegría que solo Yo, Jesucristo, puedo traeros.

Perseverad Mis pequeños. Orad, orad, orad para que el amor pueda sobrevivir en el mundo y para que la paz sea llevada a todos esos inocentes que sufren y que se encuentran dispersos en todo el mundo en los países asolados por la guerra. Todos los hijos de Dios me pertenecen y amo a cada alma, cada nación y a cada pecador. Os traigo el Regalo de mi Cruzada de Oraciones para que al recitarlas me ayudéis a salvar a tantas almas como Yo pueda.

Id en paz y amor.

Vuestro Jesús

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