Mons. Schneider: El legado del pontificado del Papa Benedicto XVI

El legado del Papa Benedicto XVI que se expresa en las palabras “¡Mantente firme en la fe! ¡No te confundas!” y en su Motu Proprio Summorum Pontificum de época sigue siendo una luz, un estímulo y un consuelo.

Por Monseñor Atanasio Schneider

Con el fallecimiento del Papa Benedicto XVI, muchos católicos han sentido que han perdido un punto de referencia claro y seguro para su fe. Uno puede tener la sensación de huérfanos. Podemos decir que el Papa Benedicto XVI fue un Papa que puso en el centro de su vida personal y de la vida de la Iglesia la visión sobrenatural de la fe y de la vigencia perenne de la sagrada Tradición de la Iglesia, que constituye la fuente y la pilar de nuestra fe junto con las Sagradas Escrituras. En este sentido, el acto mayor y más benéfico de su pontificado fue el Motu Proprio Summorum Pontificumcon la plena restauración de la liturgia latina tradicional en todas sus expresiones: Santa Misa, los sacramentos y todos los demás ritos sagrados. Este acto pontificio pasará a la historia como trascendental. El Papa Benedicto XVI afirma que el rito tradicional de la Santa Misa nunca ha sido abrogado y debe permanecer siempre en la Iglesia, porque lo que fue santo para nuestros antepasados y para los santos debe serlo también para nosotros y para las generaciones futuras. En un momento, como sucedió después del Concilio Vaticano II, en el que se produjo en la Iglesia un movimiento casi general de rechazo radical al milenario rito litúrgico de la Santa Misa y, por tanto, de ruptura con el principio mismo de la Tradición, el pontificado de Benedicto XVI valió la pena por el solo hecho de haber emitido el Motu Proprio Summorum Pontificum, con la que se inició la curación de la herida en el Cuerpo de la Iglesia, herida provocada por la actitud de rechazo y odio a la venerable y milenaria regla de oración de la Iglesia.

En su testamento espiritual, el Papa Benedicto XVI nos dejó, entre otras cosas, la siguiente breve frase sustantiva, que considero la más importante de todas: ¡permaneced firmes en la fe! ¡No te confundas! Asistimos en nuestros días en la vida de la Iglesia a un proceso de dilución de la fe católica y de adaptación al espíritu de herejes, incrédulos y apóstatas con el engañoso y eufórico nombre de sinodalidad y abusando de la institución canónica del sínodo. Tal situación es desmoralizadora para todos los verdaderos católicos. De ahí el legado del Papa Benedicto XVI que se expresa en las palabras “¡Mantente firme en la fe! ¡No te confundas!” y en su Motu Proprio Summorum Pontificum de época sigue siendo una luz, un estímulo y un consuelo. Este Papa fue fuerte en la fe, verdadero amante de la incorruptible belleza y firmeza del rito tradicional de la Santa Misa, dio primacía a la oración, la visión sobrenatural y la eternidad. Esta herencia vencerá gracias a la intervención de la Divina Providencia, que nunca abandona a su Iglesia, la enorme confusión doctrinal actual, la apostasía progresiva sobre todo entre una casta de teólogos mundanos e incrédulos, que son los nuevos escribas, y entre una apostasía progresiva de no unos pocos miembros del alto clero, que son los nuevos saduceos.

El Papa Benedicto XVI ha hecho brillar su lema episcopal “Cooperatores veritatis”, es decir, colaboradores de la verdad. Con este lema quiere decir a todo fiel católico, a todo sacerdote, a todo obispo, a todo cardenal y también al ‘Papa Francisco’: lo que realmente importa es la fidelidad inquebrantable a la verdad católica, a la constante y venerable tradición litúrgica de la Iglesia. y la primacía de Dios y la eternidad. 

Que Dios acepte las oraciones y los sufrimientos espirituales que el Papa Benedicto XVI ofreció en su vida retirada, y conceda Obispos y Papas plenamente católicos y plenamente apostólicos para el futuro de la Iglesia. Porque, como decía san Pablo: “No podemos hacer nada contra la verdad, sino por amor a la verdad” (2 Cor 13, 8).

+ Atanasio Schneider

Mi iglesia fue construida en la Verdad y nada más que la Verdad deberá derramarse de sus labios

Mensaje del Libro de la Verdad 🏹

27 de octubre de 2013

Cuando Mi Iglesia es aplaudida abiertamente por un mundo orgulloso y secular, sabed entonces que las dos entidades separadas están cerca de unirse como una. Cuando Mi Iglesia acoja  al mundo secular, se vuelva políticamente motivada por él y busque reconocimiento en el mundo de la política y los negocios, sabed entonces, que Yo nunca consentiría tal acción.

Mi Iglesia fue construida en Mi Palabra. Mi Iglesia fue construida en la Verdad y nada más que la Verdad debe derramarse de sus labios. Cuando Mi Iglesia habla, con Mi Autoridad, en contra del pecado, siempre sufrirá críticas, ya que el hombre siempre defenderá el pecado. El pecado hace su vida más aceptable a él y a otros y hará todo esfuerzo para declarar que el Infierno es una tontería. Cuando Mi Iglesia habla solo de este mundo, sus aflicciones, sus problemas, el sufrimiento del hombre y no predica la Palabra de Dios, se separa a sí misma de Mí. Solo aquellos dentro de la Iglesia que permanecen leales a lo que les enseñé pueden verdaderamente decir que pertenecen a Mi Iglesia. Mi Iglesia está compuesta solo de aquellos que dicen la Verdad.

Cuando aquellos dentro de Mi Iglesia me descartan, a Mí Jesucristo, entonces el espíritu del mal ha entrado en su dominio. Estoy siendo excluido de Mi Iglesia. Ya no soy reverenciado como una vez lo fui. Mis Propias Palabras ya no son utilizadas para declarar la Verdad. Están siendo torcidas para consentir palabras, hechos y acciones, que no vienen de Mí, ni vendrán jamás de Mí. Mi Palabra nunca puede ser cambiada y cualquier hombre quien tome Mi Palabra y la profane sufrirá castigo eterno.

Vuestro Jesús

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