Lo siento, pero no iremos

No es la primera vez que nos ocurre… y no será la última.

Por Juan Cruz

Invitados a una boda civil de un familiar… le dijimos que lo sentíamos, pero que no iríamos porque… como católicos no podemos «bendecir» que otros católicos, otros bautizados, que por muy apartados que estén lo siguen siendo, contraigan “matrimonio” por lo civil.

Su cara fue un poema durante unos segundos. Nos apreciamos y queremos mucho, pero tras esos segundos y conociéndonos dijo que, aún no compartiéndolo, lo entendía. Se casó por lo civil. No fuimos ni a la ceremonia ni al banquete y… seguimos apreciándonos y queriéndonos igual.

Y es que no puede un católico asistir a una boda civil, ni a la ceremonia, ni al banquete, lo sentimos, pero la cosa es así de clara, así de tajante, así de… difícil de llevar a cabo porque sólo los que nos aprecian o quieren nos invitan a sus bodas y por ello decirles que lo sentimos, pero que no iremos, es duro, sin duda, pero nadie dijo que mantenerse firmes en la Fe no lo fuera.

El matrimonio es un sacramento. El matrimonio fue instituido por Nuestro Señor. El matrimonio es sagrado. El matrimonio, por supuesto entre un hombre y una mujer, sólo puede ser dentro de la Iglesia, ante Dios, siendo los oficiantes los novios. Su importancia y trascendencia es capital. Todo lo que no sea el sacramento del matrimonio católico, no es sino concubinato, y un católico no puede bajo ningún concepto «bendecir» con su presencia la formalización de un pecado, además mortal, como es el «matrimonio» civil. Tampoco asistiendo al banquete, pues eso de no voy al acto, pero sí al banquete, no vale, porque al fin y al cabo el banquete es también la exaltación y celebración de ese mismo pecado, además mortal.

Lo siento, pero no iremos.

Juan Cruz

El Español Digital

El Verdadero Amor viene de Dios

Mensaje del Libro de la Verdad 🏹

9 de Septiembre, 2012 

Mi muy querida hija cuando tengas duda del Amor de Dios , tú dudas de la existencia del amor verdadero. Todo lo que queda es un amor imperfecto.

El verdadero amor viene de Dios. Cuando una persona no ama a Dios lo suficiente, son incapaces de amar a otro ser humano en la plenitud del amor verdadero.

Sólo aquellos con el fuego del Amor de Dios en sus almas, pueden verdaderamente transmitir el verdadero significado del amor a otra persona.

Lo mismo es exacto para aquellos en un matrimonio que es bendecido en Mi Iglesia.

El Amor de Dios, que brillará sobre el matrimonio entre un hombre y una mujer, que se aman mutuamente, se infiltrará en sus almas, si ellos aman a Dios con un abandono, el cual es necesario para sentir paz.

El verdadero amor significa paz. Sin amor no hay paz, no importa cuanto uno  trate de encontrarla. La paz sólo puede lograrse a través del amor de una persona por otra.

Cuando el amor falta en vuestras vidas nada está equilibrado y, en su lugar hay una sensación de insensibilidad.

Para encontrar el amor debéis encontrar un espacio en vuestro corazón para Dios.

Para encontrar a Dios debéis aceptarme, a vuestro Jesús, como Su Hijo Amado.

Porque, si vosotros me lo permitís, Yo os llevaré con Él.

Cuando lo haga, y cuando Su Luz invada vuestra alma, os será más fácil amar a otra persona.

El Amor de Dios presente en un alma, abrirá el corazón de otro.

El amor brilla hasta incluso en la angustia, en la inquietud y en la perturbación en el mundo. Este es  el único modo para conseguir la paz, no sólo en vuestras vidas personales, sino en el mundo que os rodea.

El amor trae la paz, pero él tiene que surgir de un verdadero amor por Dios, vuestro Creador.

La paz trae la armonía.

El amor es la tabla de salvación de la raza humana y, sin ella, estaréis perdidos, solitarios, hambrientos y nunca encontraréis la paz.

Vuestro Jesús

Leer más: https://www.elgranaviso-mensajes.com/news/a09-sep-2012/

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