Orgulloso de ser español

Fuimos capaces, de conquistar el mundo para insuflarle nuestra cultura, nuestro idioma, nuestra religión; y tratar a las gentes de igual a igual, algo que no nos perdona ni la estulta izquierda, ni la nefasta masonería.

Por Eugenio Fernández Barallobre

Pese a los traidores socialistas, pese a esa izquierda pijoprogre y antiespañola que pretende adueñarse de España, incluso pese a una buena parte del resto de los políticos que tenemos, cada día me siento más orgulloso de ser español, convencido de que, como decía José Antonio, es una de las pocas cosas serias que se puede ser en el mundo.

Incluso pese a la indignidad de que se permita, por un puñado de votos, para que los sociatas con el sátrapa Sánchez a la cabeza sigan en el machito, salir a la calle a un montón de asesinos que se llevaron por delante a cientos de buenos españoles. Incluso estando gobernados por la canalla social-comunista, sigue valiendo la pena, y mucho, ser y sentirse español, ya que esos que comenten todo tipo de tropelías, esos no son españoles, pese a haber nacido aquí; esos son los enemigos de España, los enemigos de todos los españoles.

Hay una inmortal zarzuela, “El último romántico”, del gallego Reveriano Soutullo y del valenciano Juan Vert, con libreto de José Tellaeche, en uno de cuyos números, “el pasacalles de las Mantillas”, cantado por Aurora, su protagonista, en una de sus estrofas dice: “Española quiso hacerme Dios, y de serlo yo orgullosa estoy; si otra vez volviera yo a nacer, de esta tierra yo quisiera ser”.

Y, en mi caso, al igual que en el del personaje de la Zarzuela, siento ese mismo anhelo y es una petición que, por cierto, hago a Dios nuestro Señor todos los días, cada vez que me dirijo a Él.

Me siento orgulloso de ser español y ese orgullo lo mamé en mi casa, primero, y en la Organización Juvenil Española, a la que me siento honrado de haber pertenecido, después. Allí aprendí a amar a España, a quererla sin complejos, incluso porque no me gusta.

Amo a España, mi Patria, porque he asumido tanto sus éxitos como sus fracasos a lo largo de la historia, identificándome, sin recato alguno, con unos y con otros. Por eso, sé que, como reza el Himno de la Armada, a cuya gloriosa Infantería de Marina tengo el honor de pertenecer, “en Lepanto la victoria y la muerte en Trafalgar”. Dos hechos históricos antagónicos, uno, por el glorioso triunfo y otro, por la amarga derrota que, sin embargo, sirven para conocer nuestro valor, nuestro talante en el más fiel cumplimiento del deber.

“Visto de España con orgullo su bandera”, como dice el Himno de la Policía Nacional a la que también tengo el gran honor de pertenecer y me da igual que esa malvada pijoprogresía, ignorante y perversa, trate por ello de ofenderme pues soy consciente de que ofende el que puede y no el que quiere y este, desde luego, no es el caso.

Estoy harto de escuchar a toda esa caterva de ignorantes hablar de nuestra leyenda negra, acusándonos de lo que no fuimos jamás, sin siquiera haberse molestado en estudiar la Historia, pero la de verdad, no la que pretenden reescribir un puñado de maleantes que por muchos títulos que tengan colgados en la pared de su casa, no dejan de ser altavoces de los eternos enemigos de España, aquellos que escribieron esa leyenda negra cuando nos poníamos el mundo por montera y Europa entera huía, despavorida, ante la llegada de nuestros legendarios Tercios.

Fuimos capaces, no como otros, de conquistar el mundo para insuflarle nuestra cultura, nuestro idioma, nuestra religión; llevar a él la universidad, la imprenta y tratar a las gentes de igual a igual, algo que no nos perdona ni la estulta izquierda, ni la nefasta masonería e, incluso, algunos religiosos descastados, que de todo hay en la viña del Señor.

Ojalá que los españoles fuésemos capaces de dar de lado esos complejos que nos ha metido en el cuerpo la maldita izquierda pijoprogre y ahondar en el conocimiento de nuestra historia, de nuestros logros, de que lo que dejamos siempre fue infinitamente más que lo que trajimos, pues si de algo podemos sentirnos satisfechos es de que somos una raza con corazón generoso y eso, no todos pueden decirlo.

Quien les diera a los gabachos, a los de la pérfida Albión, a los holandesitos, incluso a los yankis ser la cuarta parte de lo que hemos sido nosotros. Por eso, desde siempre, su obsesión ha sido acabar con nosotros y, si no pudieron con las armas, lo siguen haciendo desde los oscuros despachos de la masonería internacional, contando con el apoyo necesario de toda esa ralea de miserables que tienen sus mejores aliados dentro de nuestra Patria.

Estamos cerca del Día de la Fiesta Nacional. Colguemos nuestra enseña en los balcones; asistamos, sin complejos, a los actos que se organicen; sintamos el orgullo de ser españoles, identificándonos con nuestra historia y con aquellos que, incluso con desprecio de la propia vida, escribieron sus páginas más gloriosas y heroicas.

¡Viva España, siempre!

Blog del autor: http://cnpjefb.blogspot.com/

Nunca titubeéis, nunca dudéis de Mi Mano de Protección

Mensaje del Libro de la Verdad 🏹

02 de junio de 2012

Cuando Mis seguidores me permitan inundar sus almas con Mi amor incondicional, Yo encenderé dentro de ellos una fuerza que los sobrecogerá. 

Venid a Mí como hijos confiados con un corazón sencillo y abierto, sin expectativas, y os traeré una paz que no encontrareis en ningún otro lugar. 

Mientras Yo lloro por la forma en que el mal y la codicia se han apoderado del mundo, también estoy lleno de gozo debido al puro amor que Mis seguidores me muestran a Mí, su Jesús. 

Cómo me traen alivio, consuelo y cómo deseo que Yo pudiera envolverlos en Mis brazos. 

Cómo deseo que ellos pudieran oírme decirles cuánto los amo. 

Cómo añoro el día cuando Yo extienda Mi mano, sujete su mano en la Mía y los atraiga a Mi Nuevo Reino, cuando ellos vuelvan a casa a Mí por fin.

Ese día no está lejano. 

A todos Mis seguidores, debéis escucharme en este momento. 

Debéis ser fuertes y perseverar durante las pruebas que están por delante y nunca descorazonaros. 

Caminar por el sendero, esculpido para vosotros hacia Mi Reino, os dolerá. Muchos de vosotros os tropezaréis y os tambalearéis. 

Algunos de vosotros volveréis corriendo por el camino que vinisteis. 

Otros os sentaréis, os rendiréis y permaneceréis atascados entre el principio de vuestra jornada y las puertas a la Vida Eterna. Así de débil se volverá vuestra fe por los obstáculos que enfrentaréis. 

Los más fuertes serán intrépidos. Ellos querrán seguir adelante y galopar con cada gramo de energía hacia la Nueva Era de Paz. 

Nada se interpondrá en su camino. Ellos sabrán cómo resistir el sufrimiento por delante. Ellos sabrán cómo combatir al enemigo. Sin miedo en sus corazones escucharán cada instrucción dada a ellos por Mí. 

Ellos siempre deberán esforzarse por retroceder y cargar a los que son más débiles. Aquellos que tienen miedo. Deberán cargar en sus hombros a aquellos que carecen de la voluntad y el valor para resistir en Mi Nombre. 

Aquellos que rehúsen su ayuda serán dejados atrás y llegarán a ser parte del Reino de la Bestia del cual no hay escapatoria. 

Nunca titubeéis. Nunca dudéis de Mi Mano de Protección. 

Si vosotros sometéis todo a Mi Santa Voluntad, Yo me ocuparé de todo.

Confiad en Mí. Seguidme. 

El tiempo es corto, sin embargo, el tiempo es abundante para prepararse para la batalla que está por delante.

Os amo a todos vosotros. Nunca olvidéis el poder de Mi Amor. 

Vuestro bienamado Salvador

Rey de la Salvación

Jesucristo

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