Antes de poder ayudar a otros

Dios da carismas a muchas personas. Esos carismas están ahí para poder ayudar a otros. Pero antes de que la persona reciba los carismas de forma plena, tiene que limpiar su alma.

Por Raúl Rodríguez

Dios da carismas a muchas personas. Esos carismas están ahí para poder ayudar a otros. Pero antes de que la persona reciba los carismas de forma plena, tiene que limpiar su alma.

Hasta que un alma no ha adquirido toda su pureza, no puede ayudar a los demás. Porque al intentar ayudar a otros sin estar limpia, se puede caer en vicios, por ejemplo hacerlos dependientes y que se aferren demasiado a la psicología del intercambio personal, que los afectos mundanos se cuelen, al igual que las comparaciones de todo tipo; se puede caer también en una admiración excesiva, al igual que se puede caer en un montón de cosas más.

El proceso de purificación de un alma es largo y complejo, no es cuestión de un día ni de dos. Por ejemplo, cuando en una persona hay mucho orgullo, es muy probable que a su vida llegue el dolor y también una fuerte humillación, y es que el orgullo y la soberbia solamente se quitan de esa manera. No es que Dios quiera humillar y someter a nadie, lo único que quiere Dios es que el alma quede completamente limpia.

Si nuestra alma no está purificada, en vez de ayudar a otros lo que vamos a hacer es perjudicarles, incluso con la mejor intención.

Hay muchos que se preguntan qué quiere Dios de ellos, sin darse cuenta de que lo que Dios quiere es purificar su alma antes de que puedan dar ningún paso para ayudar a otros. Porque un alma limpia es un espejo que siempre refleja el verdadero rostro de Dios.

Hay muchas almas anhelantes de ayudar a otros, pero esas almas tienen que caer en la cuenta de que antes de nada necesitan ser purificadas. Y la purificación es dolorosa, a veces es muy dolorosa. La entrega final sólo se puede dar si el alma brilla.

Un alma que brilla inunda de luz a todos.

Raúl Rodríguez News

El dolor, la persecución, el sufrimiento, el ridículo y las burlas siempre serán el destino de las almas elegidas de Dios

Mensaje del Libro de la Verdad 🏹

29 de noviembre de 2013.

Mi muy querida bienamada hija, cuando te cuestionas por qué Yo, Jesucristo, permitiría el sufrimiento en el mundo, entonces deberías comprender la Voluntad de Dios. Muchas personas sufren en el mundo, y siempre lo han hecho. El sufrimiento es causado por el hecho de que el pecado crea división entre los hombres. El pecado separa al hombre de Dios y, por lo tanto, el hombre pecará contra el hombre. Yo permito el sufrimiento porque esto trae a las almas más cerca de Mí, por medio de la purificación que esas almas soportan. Yo no me deleito en el sufrimiento. Al contrario, Yo estoy presente en cada una de las almas que han de padecer dolor y angustia. Es Voluntad de Dios que ciertas almas sufran más que otras, porque será que gracias a esas víctimas, otras almas que son menos merecedoras de Mi Misericordia, podrán ser salvadas.

Yo sufrí voluntariamente durante Mi Pasión, pero Mi Dolor y Humildad vencieron gran parte del poder de Satanás. Satanás no puede humillarse a sí mismo, porque esto es imposible. Por ello, es por medio de la humildad que emana del dolor del sufrimiento, que las almas pueden diluir el poder que él tiene sobre los demás. El dolor, la persecución, el sufrimiento, el ridículo y las burlas siempre serán el destino de las almas elegidas de Dios. Esas almas son las más cercanas a Mí, y Yo utilizaré este sacrificio suyo para atraer a esas otras almas, que son las que más necesitan de Mi Misericordia, hacia el refugio de la salvación.

Esta lección es muy dura para todos aquellos que me aman, y puede parecer injusta. Pero sabed que el sufrimiento os trae aún más cerca de Mí y que os dará la Vida Eterna Conmigo en el Paraíso. No culpéis nunca a Dios por el sufrimiento que hay en el mundo, porque fue causado en primera instancia, por la caída del género humano, cuando los hijos de Dios sucumbieron al pecado del orgullo.

El orgullo es la raíz de todo pecado y es causa de gran parte del sufrimiento en el mundo. El orgullo conduce a todos los demás pecados, y así entonces causa división en el mundo y la falta de justicia. Estad seguros de que muy pronto el mundo comprenderá finalmente el verdadero significado de la Voluntad de Dios. Para entonces, la voluntad del hombre se postrará en respeto ante la Santa Voluntad de Mi Padre. Hasta que no llegue ese día en que el hombre se libere a sí mismo del orgullo y se humille ante el Señor Dios, el Altísimo, el sufrimiento no podrá tener fin.

Cuando el mundo acepte finalmente la Verdad y la Promesa hecha por Mí de volver de nuevo, Yo enjugaré todas las lágrimas de vuestros ojos. Yo alzaré en gloria a los vivos y a los muertos, y ellos reinarán con gran esplendor en el Nuevo Cielo y la Nueva Tierra, cuando los dos se hagan uno en Mí. Cuando padezcáis sufrimiento estad en paz, porque éste terminará pronto.

Vuestro Jesús

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