Antipapa Prevost: Engaño y Herejía

En su «catequesis» durante la audiencia general en la Plaza de San Pedro, León XIV explica que el Sábado Santo entra en la muerte para salvar a la humanidad. Refutamos cada una de sus enseñanzas como falsas.

Prevost: «Dios desciende a nuestro infierno, cada historia puede ser tocada por la misericordia»

En su «catequesis» durante la audiencia general en la Plaza de San Pedro, León XIV explica que el Sábado Santo entra en la muerte para salvar a la humanidad, llegando a nosotros con su amor en «ese estado en el que la vida se debilita y reinan el dolor, la soledad, la culpa y la separación de Dios y de los demás». «Cristo», dice el usurpador de la Sede Petrina, «entra en todas las realidades oscuras para dar testimonio del amor del Padre. No para juzgar, sino para liberar. Nada puede quedar excluido de su redención».

Leer completo AQUÍ

Anatomía de la Audiencia general del 24.9.25.

ENGAÑO Y HEREJÍA

Algunas frases inaceptables:

los Infiernos no son un lugar (Pablo dice que Jesús «descendió a las regiones inferiores de la tierra» (Ef 4,10). La Doctrina católica dice que existen diferentes «estados existenciales»: el Limbo con las almas de los justos separado y diferente de otro estado, de los purgantes del Purgatorio y de los condenados del Infierno (1035 CCC). La existencia eterna del alma está en su permanencia e indisolubilidad, una condición sobre la cual se impone la pena, si el alma es pecadora. En los infiernos, como estado existencial, la permanencia de los justos del Limbo fue provisional hasta la muerte de Cristo. Para los muertos en pecado mortal, el Infierno fue, es y será un estado existencial no modificable y eterno. Aunque muchos no lo describen como «lugar», la razón nos dice que el Infierno a su vez debe ser un lugar físico para recibir, además de las almas, los cuerpos físicos que resucitarán en el juicio Universal);

sino una condición existencial (gravemente impreciso porque en el discurso lleva a confundir la existencia de las almas en el Infierno con la de los destinados a la salvación de «lugares» actualmente definitivamente vacíos, si se refieren al llamado Limbo o relativamente llenos, si se refieren al Purgatorio);

condición en la que la vida está disminuida (Prevost es muy impreciso, tal vez piensa en la «cesión de soberanía» de la agenda globalista para los estados civiles pero para los estados existenciales, según la Doctrina, la vida no se quita a quien muere sino que se transforma; la cesión de libertad de actuar a la custodia de los demonios de la Geenna es la elección libre de los vivos de sufrirla después de la muerte. Pero esto no afectó a los justos ni afecta a los santos del Paraíso);

reina el dolor (muy impreciso: Debemos recordar que si en los Infiernos estaban los Justos del Limbo y los penitentes del Purgatorio, todos eran conscientes por su Juicio particular de estar destinados a la salvación y con alegría esperaban ver a Dios. El dolor por la separación de Dios está por tanto mitigado por la esperanza de la espera; el lugar donde reina el dolor es en cambio el Infierno);

la soledad (erróneo, ver más abajo);

la culpa (muy erróneo: los justos no tenían culpas que expiar y los que fueron sacados del Purgatorio fueron liberados por los méritos de Cristo);

la separación de Dios (frase tendenciosa, porque induce a pensar, para quien escucha la «catequesis», que los justos no esperaban o no merecían la reunión con Cristo, en cambio, aunque temporalmente separados de Dios, lo esperaban según las profecías);

y de los demás (erróneo, no estaban aislados sino que todos juntos -alegres- esperaban la apertura del Paraíso y la visión de Dios);

Cristo nos alcanza también en este abismo (muy erróneo, herejía: pretende sugerir que Dios nos alcanzará y salvará incluso si terminamos en el abismo de la culpa y del pecado. La pena en el abismo infernal es la muerte eterna y Jesús nunca prometió la salvación de los condenados y no tiene ningún propósito de alcanzar tales almas condenadas por la eternidad);

cruzando las puertas de este reino de tinieblas (impreciso y engañoso: por tinieblas se entiende el reino del Mal y los habitantes de ese reino están malditos para siempre);

entra en la misma casa de la muerte (erróneo, incluso figurativamente, Dios no entra en un estado existencial definitivo transformándolo en salvación: aquí se habla de muerte espiritual… es decir, de perdición irreversible del alma; luego la perdición del cuerpo se tendrá en la resurrección en la pena eterna de los condenados);

para vaciarla, liberar a sus habitantes (herejíallamada apocatástasis, Dios nunca libera a los condenados de su estado existencial (633, 634 CCC) y por lo tanto estos no pueden esperar ser salvados, no vacía el Infierno sino que en su momento vació solo los infiernos de los justos, que no estaban «en la casa de la muerte» sino «en la espera de la vida eterna»: Dios no descenderá más a los infiernos y nunca descendió ni descenderá jamás al Infierno;)

PARTE II

es la humildad de un Dios (pura idiotez: la humildad de Jesús aquí no tiene sentido, solo en la tierra tiene valor magisterial, ejemplar y educativo. La resurrección de Jesús es un acto de gran poder: de gloria y no de humildad).

– que no se detiene ante nuestro pecado (erróneo, el pecado solo puede ser quitado -en vida- por la Gracia. Dios siempre se ha detenido ante el libre albedrío humano, la Misericordia actúa sobre los arrepentidos no sobre los irreductibles. Los pecados de los hombres muertos impenitentes detienen la Misericordia que es negada e interviene la Justicia implacable con veredicto inapelable);

– no salva solo a sí mismo (gravemente erróneo: Jesús no necesita ser salvado y su muerte no lo lleva al Infierno como destino sino solo para llevar las almas de los justos al Cielo y Su resurrección no resucita los cuerpos de los justos que son llevados solo con el alma al Cielo)

Cristo cargó con la culpa de los hombres pero no pecó y por tanto permitió a los hombres matar Su Cuerpo: Su alma no necesitaba salvación

pues “siendo él mismo tentado en todo, a semejanza nuestra, excepto en el pecado” (Hebreos 4).

no vuelve a la vida solo (erróneo, solo Jesús resucita y ningún otro);

sino que arrastra con él a toda la humanidad (mentiras estratosféricas: los Justos eran una parte de la humanidad ya salvada, digna o hecha digna por el Purgatorio, temporalmente “aparcada” en los Infiernos, “lugar” existencial que no coincide con el Infierno de los condenados, que son la otra parte -perdida para siempre- de esa humanidad fallecida).


Adán y Eva,

que fueron expulsados provocando el cierre del Paraíso

en vida fueron justos y santos y desearon el regreso (véase Salmo 42,2: “Mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo; ¿cuándo vendré y me presentaré ante Dios?”) y por eso

no estaban en el Infierno sino en la parte destinada a la salvación de los “Infiernos” y por tanto no estaban condenados… allí

estaba con ellos

esperando también José padre de Jesús y esposo de María: “

porque por el pecado de Adán el paraíso estaba cerrado, y convenía que Jesús Cristo, quien con su muerte lo reabrió, fuera el primero en entrar.

” (Catec. Mayor Pío X,117.)

que no se asusta ante el rechazo extremo del ser humano (Dios no tiene miedo al rechazo humano de la santidad, pero debería tenerlo el pecador (¡y también Prevost!). Dios sufre por el pecado del hombre en vida, pero respeta sus elecciones y acepta el rechazo que con la muerte se vuelve definitivo).

En definitiva “estamos frescos” si este es un papa, elegido por 133 cardenales ayudados por el espíritu (etílico). Este tipo dice americanadas que no tienen nada que ver con el divino Munus. Es una nueva raza de papa que dice barbaridades. En el próximo cónclave hasta mi perro mestizo, que sospecho escribe poesías, podría tener muchas probabilidades de elección.

🛡️ Nuestra Señora de Todos los Pueblos

Muy pronto, el Infierno será formalmente declarado como un lugar, que no existe

Mensaje del Libro de la Verdad 🏹

12 de enero de 2014

Mi muy querida bienamada hija, sino fuera por Mí, Jesucristo, desde donde hablo al mundo en este momento, muchas almas nunca entrarían por las Puertas del Paraíso.

Muchísimas almas ingratas no obedecen ya más Mis Leyes, y por lo tanto, crean sus propias interpretaciones, las cuales encuentro repulsivas. Las Reglaconcernientes a la Verdad fueron dadas -como un Regalo a la humanidad– como un medio para permitir al hombre ganarse el derecho para la salvación. ¿No saben que no pueden vivir con su versión de las Leyes de Dios y luego esperar entrar en el Paraíso?

La arrogancia del hombre ha sobrepasado el espíritu de humildad. El hombre ya no sirve a Dios de la forma que se le ordenó hacer. En vez de hacerlo, ha creado, de su propia imaginación, una visión de lo que él cree que es el Cielo. Hoy, ningún siervo Mío –esos designados para estar a Mi servicio– ni siquiera mencionan la existencia del Infierno. La mera mención de la palabra “Infierno”, incomoda a Mis siervos consagrados, porque temen al ridículo que tendrían que afrontar de una sociedad secular, la cual ha sido engañada. El infierno es la casa de tantísimas pobres almas y cuanto me duele ver almas desprevenidas, sumergirse en el abismo del terror, en el momento en que ellos toman su último aliento.

Los hijos de Dios deben ser prevenidos ahora de la urgencia para rezar por las almas que están ciegas a la Verdad. Muy pronto, el Infierno será declarado formalmente como un lugar que no existe. A las almas se les dirá que todos los hijos de Dios, siempre que vivan razonablemente y lleven vidas decorosas –sin importar si creen en Dios, o no – se les dará la Vida Eterna. Pero esto será una mentira. No hay retorno del Infierno.

Es para la Eternidad.

Muchas almas que externamente me rechazan, tanto en privado como públicamente, se pudrirán en el Infierno. Su amargo pesar se hará peor por el terrible y doloroso sufrimiento y por el odio de Satanás. Una vez en el Infierno, Satanás se les revelará a ellos en todas sus perversas y viles formas, y su odio por ellos los llenará cada segundo. La repugnancia de ellos hacia él, en sí, –la misma bestia a la que ellos rindieron honores durante sus vidas en la Tierra– será la causa de muchos de sus sufrimientos. Pero, será su separación de Mí y el dolor de la oscuridad que experimentarán, lo que les causará la mayor angustia.

Cualquier hombre que les diga, en Mi Nombre, que el Infierno no existe, no tiene ningún interés en ayudarles a salvar su alma. Cuando ustedes estén convencidos de que el Infierno no existe, entonces aceptan equivocadamente que el pecado es irrelevante.

No me pueden servir si creen que el pecado no existe. No pueden vivir una vida Gloriosa por la Eternidad en Mi Reino, si no me piden perdón por sus pecados. Este es el núcleo de la nueva –pronto a ser introducida– doctrina, a la que serán forzados a tragar. Aquí es cuando ustedes serán engañados para desatender la preparación de sus almas para el Gran Día del Señor, cuando Yo venga a reclamarlos como Míos.

Les digo esto para advertirles –no para asustarlos. Les ruego que acepten el pecado como parte de sus vidas, pero les insto que continúen evitando los siete pecados capitales, porque cuando lo hagan, estarán bajo Mi Favor. Deben siempre confesar sus pecados. Háganlo diariamente. Hablen Conmigo y pídanme que les perdone. Para aquellos de ustedes que no pueden recibir el Sacramento de la Confesión –aquellos que siguen muchas creencias y religiones– entonces tienen que aceptar el Regalo que les di de la Indulgencia Plenaria. (Cruzada de Oración 24) Cuiden de su alma, porque es su alma la que vivirá por siempre. Vivirán en solo uno de los dos lugares, por la eternidad – en el Infierno o en Mi Reino.

Su Jesús

Leer más: https://www.elgranaviso-mensajes.com/news/a12-ene-2014-muy-pronto-el-infierno-sera-formalmente-declarado-como-un-lugar-que-no-existe/

Descubre más desde Ejército Remanente🏹 Noticias

Suscríbete ahora para seguir leyendo y obtener acceso al archivo completo.

Seguir leyendo

Salir de la versión móvil