A la luz de este castigo para un sacerdote muy humilde y bondadoso, es para nosotros una gran alegría y un alivio que Monseñor Viganò venga en su defensa. El prelado italiano señala acertadamente que el Padre Jesusmary ha hecho lo correcto y eso es de honrar por su testimonio católico.
– Tenemos el honor de publicar adjunta una carta abierta al Padre Jesusmary Missigbètò, escrita por Su Gracia el Arzobispo Carlo Maria Viganò, honrando a este sacerdote africano por su leal defensa de la verdad de la fe católica.
El padre Jesusmary, seudónimo del abad Janvier Gbénou, había comenzado a hablar públicamente en contra de algunas de las declaraciones escandalosas del ‘Papa Francisco’, después de que el ‘Papa’ apoyara públicamente las uniones civiles entre personas del mismo sexo en octubre de 2020. El sacerdote africano fue expulsado por el Opus. Dei y suspendido como sacerdote precisamente por esa crítica caritativa y amablemente expresada al ‘Papa’, y en junio de este año el mismo ‘Papa’ Francisco respaldó estas duras sanciones.
El padre Jesusmary no puede ejercer su ministerio sacerdotal y solo puede celebrar la Santa Misa en privado si se abstiene de hacer más críticas públicas al ‘Papa Francisco’.
A la luz de este castigo para un sacerdote muy humilde y bondadoso, es para nosotros una gran alegría y un alivio que Monseñor Viganò venga en su defensa. El prelado italiano señala acertadamente que el Padre Jesús María ha hecho lo correcto y eso es de honrar por su testimonio católico.
Por favor vea aquí la Carta Abierta del Arzobispo Viganò al Padre Jesusmary:
Amen dico vobis: tolerabilius erit terræ Sodomorum et Gomorræorum in die judicii, quam illi civitati.
En verdad os digo: será más tolerable para la tierra de Sodoma y Gomorra en el día del juicio que para esa ciudad. Mateo 10:15
Reverendo Padre Janvier, querido Padre Jesusmary Missigbètò,
Me he enterado por la prensa ( aquí ) de la noticia de su suspensión a divinis y de su expulsión del Opus Dei, que le fue impuesta por la Congregación de Obispos como sanción canónica por no haber mostrado “respeto y obediencia al Sumo Pontífice”.
Permítame expresarle mi cercanía espiritual en un momento de gran prueba para usted: como católico bautizado y como Ministro de Dios, debe ser doloroso para usted ser acusado por la misma persona que, con la misericordia que distingue a su todo acto, recibe notorios abortistas, los que conviven públicamente, los travestis, los sodomitas, los clérigos rebeldes, los herejes, los usureros, y los que hacen pasar hambre a su pueblo.
Me imagino que es muy descorazonador que se les reproche lo que en otros tiempos habría merecido elogios –si no la gloria de los altares– para los santos que no dudaron en reprender, incluso con dureza, la corrupción de la Corte papal. Un San Pedro Damián o una Santa Catalina de Siena se escandalizarían hoy por la duplicidad de quien nunca pierde ocasión para denigrar a los buenos católicos y complacer a los enemigos de Cristo y de su Iglesia.
Lo que afrontáis por vuestra fidelidad al Magisterio y por vuestro verdadero respeto a la Sede del Santísimo Pedro es ocasión de expiar las culpas y escándalos de los eclesiásticos, en el espíritu de expiación y reparación que nos une como miembros del Cuerpo Místico para Nuestro Señor que es su Cabeza, inmolado en la Cruz en reparación de las ofensas cometidas por los hombres contra la Santísima Trinidad.
Vuestra prueba, querido y reverendo padre Gbénou, os une a aquellas otras pruebas, a menudo aún más duras de soportar, a las que han sido sometidos por sus Superiores muchos de vuestros hermanos sacerdotes: sacerdotes expulsados de sus parroquias y obligados a vivir y dormir en sus automóviles o en alojamientos improvisados; pastores expulsados de sus parroquias por no estar dispuestos a renunciar a la celebración del Santo Sacrificio en el Rito Apostólico; los religiosos expulsados de sus Monasterios y Conventos por no querer renunciar a la fidelidad al carisma de su Orden; seminaristas que se ven impedidos de la formación sacerdotal simplemente porque no aceptan la disipación y la mundanalidad que se les impone.
Si alguna vez tenéis dudas sobre las intenciones de aquellos que, usurpando la autoridad contra el fin para el que ha sido instituida por Cristo, se enfurecen contra los buenos, os invito a considerar cómo su severidad se disuelve ante las faltas mucho más graves. de clérigos fornicarios, prelados corruptos y cardenales acosadores y ladrones.
Vuestro crimen, Reverendo Padre, es que habéis creado un peligroso término de comparación con ellos, destapando la tumba hirviente de gusanos que es la iglesia de Bergoglio. Si hubieras participado en el “Orgullo Gay” publicando tus fotos en poses impropias, no diré de un eclesiástico, sino incluso de un pagano; si hubieras dado escándalo al permitirte una relación vergonzosa con otro sacerdote; si hubieras negado las verdades católicas o cuestionado la moralidad cristiana, ahora serías el jefe de un dicasterio romano, o el obispo de una diócesis prestigiosa, y estarías de pie con tus finas galas eclesiásticas justo al lado de quien te ha privado de la facultad de celebrar Misa, oír Confesiones y predicar. Al igual que usted, muchos otros sacerdotes y no pocos obispos e incluso cardenales se ven más bien burlados, ofendidos, demasiado católico.
Me pregunto si, ante la vergüenza de la corrupción del clero corrompido que tanto agrada a Bergoglio hasta rodearse de ellos en los salones de Santa Marta, deberías considerar las sanciones que te han sido impuestas como un motivo de orgullo. L’esilio che m’è dato, onor mi tegno – El destierro que me ha sido concedido, lo considero un honor (Dante). Si la casa de Dios se ha convertido en cueva de ladrones, el que quiera permanecer cerca del Señor, sacuda el polvo de sus pies (Mt 10,14), y ni siquiera se digne saludar a los que niegan a Cristo y lo crucifican cada día por su conducta
Alégrate pues, querido y reverendo Padre, porque si los enemigos de Dios no encontraran en ti razón alguna para perseguirte, significaría que no estás dando testimonio de tu fidelidad al Señor. Si el mundo os odia, sabed que a mí me ha odiado antes que a vosotros (Jn 15,18), ha dicho la Sabiduría Encarnada. Las pruebas presentes son, pues, motivo de consuelo espiritual, ocasión de santificación y oportunidad para la edificación de los sencillos. El Señor te pagará cien veces más por lo que estás soportando.
A ti, querido Padre, y a todos los que como tú son perseguidos propter iustitiam (Mt 5,10), dedico mi recuerdo cada vez que rezo en el Santo Sacrificio de la Misa.
+ Carlo Maria Viganò, Arzobispo
6 de julio de 2022
Es muchísimo mejor soportar el dolor en Mi Nombre, que ser glorificado por los pecadores por estar haciendo algo erróneo ante Mis Ojos

Mensaje del Libro de la Verdad 🏹
18 de marzo de 2014
Mi muy querida bienamada hija, no dejes que el hombre se avergüence de la persecución que él podría enfrentar como Cristiano, por defenderme. Nunca debes temer a la persecución en Mi Santo Nombre, porque, cuando encuentras que eres criticada por decir la Verdad, sabe entonces que eres un verdadero siervo Mío.
Solo aquellos que están en Mí y Conmigo sufren el ridículo o el odio en Mi Nombre. Aquellos de vosotros que sois verdaderamente Míos y cuando entregáis vuestra voluntad para que se convierta en Mía, sois los que más sufriréis. Debéis siempre comprender que cuando el odio contra cualquier amado seguidor Mío está en su punto más intenso, podéis estar seguros de que aquí es donde Mi Presencia es más fuerte. Es muchísimo mejor soportar el dolor en Mi Nombre, que ser glorificado por los pecadores por estar haciendo algo erróneo ante Mis Ojos.
Queridos seguidores Míos, permitidme aseguraros que Mi Mano os está guiando cada día en esta, Mi última Misión en la Tierra. Mi Palabra conmoverá vuestras almas y las almas de todos esos miles de millones que os van a seguir – porque pronto el mundo oirá Mi Voz. Que ningún obstáculo se interponga en vuestro camino cuando vosotros habláis de Mí, cuando le recordáis a la gente de Mis Enseñanzas y cuando les recordáis a Mis santos siervos consagrados, de su obligación de permanecer fieles a Mi Palabra, contenida en los Santos Evangelios.
Cuando se os pida denunciarme, por medio de la Sagrada Eucaristía o por medio de una versión alterada de la Santa Biblia, debéis negaros a ello, abiertamente y sin vergüenza. Debéis defender la Palabra, al negaros a aceptar las mentiras en Mi Nombre. Con el fin de protegeros de los perseguidores, que infligirán atropellos en contra de Mi Iglesia y de todos aquellos que se mantienen fieles a la Palabra de Dios, por favor recitad esta Cruzada de Oración.
Cruzada de Oración (141) Oración de Protección contra la persecución
Querido Jesús, defiéndeme en mi batalla para permanecer fiel a Tu Palabra a cualquier costo. Salvaguárdame de Tus enemigos. Protégeme de aquellos que me persigan por Tu causa.
Comparte mi dolor. Alivia mi sufrimiento. Levántame a la Luz de Tu Rostro, hasta el Día en que Tu vengas de nuevo para traer Salvación Eterna al mundo.
Perdona a aquellos que me persiguen. Utiliza mi sufrimiento para expiar sus pecados, para que así ellos puedan encontrar la paz en sus corazones y darte la bienvenida a Ti con remordimiento en sus almas en el último Día. Amén.
Id y tened consuelo en la esperanza de que Yo voy a llevar a todos Mis enemigos, y a los que persiguen a cualquiera de vosotros en Mi Nombre, dentro del Refugio de Mi Gran Misericordia.
Vuestro Jesús