¡Piensa en tu misión! ¡Dios te dio, para toda tu vida, una tarea en particular! ¡Él espera que tú, únicamente tú, la realices! Solo tú puedes lograrla. ¡Nadie puede reemplazarte! Si esta tarea no se completara en su totalidad, entonces permanecerá incompleta hasta la eternidad. Tú eres responsable de todas las recomendaciones que das a todos los que te piden ayuda. ¡Por lo tanto, rézale mucho al Espíritu Santo para que los ayudes bien y los acerques más a Dios! Deja que el amor y la bondad reinen en todo. Pídele a Dios la bendición de todos los que entran y salen por tus puertas. Esta es tu misión. No permitas que nada te desanime. Con la ayuda de Dios resolverás todas tus dificultades; para salvar almas se requieren sacrificios. ¡Pero cada persona tiene también una tarea dada por Dios! Concretamente, trabajar en su alma y en sus aptitudes todo lo posible. Que esto se multiplique y mejore siempre para honrar aún más a Dios. Que siempre mejore su alma y la de los demás, y que siempre ayude a su prójimo para alcanzar el gozo eterno.
En cada regalo que Dios nos da existe una tarea, una petición, una responsabilidad. Agradezcamos a Dios por nuestra tarea y fijémonos si siempre la llevamos a cabo. No sabemos durante cuánto tiempo más deberemos cumplirla. Que todos cumplan su tarea con ganas. El amor de Dios nos acaricia en cada buen pensamiento y deseo que pasa por nuestra alma, en cada buena decisión de hacer el bien, en cada momento de felicidad que nos renueva, en cada empujón silencioso al amor que toca nuestro corazón, en cada sufrimiento que padezcamos, en cada palabra buena que escuchamos, en cada buen ejemplo que nos dan ganas de imitar, en cada elogio que nos hacen cuando lo merecemos; también en cada reto, en cada humillación, en cada prueba de paciencia, en cada falta de amor que debamos soportar. ¡Por lo tanto nunca debemos impacientarnos, porque en todo, el amor de Dios nos acaricia! Debemos ver todo esto como gracias amables, de amor, que Dios con su gran misericordia nos envía, las cuales debemos reconocer y utilizar o que por las cuales, por lo menos, debemos estar agradecidos. ¡Todo sirve para mejor, si verdaderamente amamos a Dios!
Debería escribir y difundir estas instrucciones y enseñanzas. ¡Muchos cosecharán mucho bien de ellas y darán gracias a Dios por siempre! Y si solo multiplicara las gracias para la santidad de una sola alma, entonces su trabajo habrá sido válido. Por lo tanto, trabaje mientras aún pueda hacerlo.
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Estas exhortaciones me las dictaron las benditas ánimas del purgatorio. Sostengo que son muy importantes y que deben tomarse con seriedad. Que el buen Señor nos dé su bendición para que sirvan a aquellos que las lean, las practiquen con el corazón y les conduzcan al gozo eterno.
María Simma
Yo conozco a los Míos y ellos me conocen a Mí

Mensaje del Libro de la Verdad 🏹
25 de junio de 2012
Mi muy querida bienamada hija, tú nunca debes olvidar la inmensidad de esta Misión.
Muchas veces tú serás arrastrada hacia trampas puestas por el engañador para hacerte tropezar.
Despiadados, él y todos aquellos que son fácilmente guiados por él, harán todo lo que puedan para desacreditar Mi Palabra dada a ti.
Tú debes levantarte e ignorar tales burlas.
Ya que has rendido tu libre albedrío, todo lo que importa ahora es tu total obediencia a Mí.
Permíteme, en Mi Divina Sabiduría, disponer ante ti Mi senda perfecta al Paraíso en la Tierra.
Mis seguidores deben prestar atención a Mi advertencia también. Vosotros estaréis bajo un ataque feroz, todos y cada uno de vosotros, por proclamar Mi Palabra.
Esta es una Misión como ninguna otra.
Vosotros, Mi ejército, dirigiréis el rebaño de Mi Iglesia Remanente a las puertas del Paraíso.
Esto os causará mucha persecución personal y no será una jornada fácil.
Vosotros debéis uniros y daros mutuamente fuerzas, porque en grupo encontraréis consuelo mutuo.
En todos los rincones de la Tierra Mi ejército se reúne ahora.
Todos los videntes que están comunicados con la Divina Verdad, a través de Mi Madre, encenderán la llama del Espíritu Santo junto con Mis profetas para que así el ejército remanente esté adecuadamente preparado para la batalla que está por delante.
Nunca dudéis de Mi Amor. Recordar que solo aquellos que me siguen pueden entrar al Nuevo Paraíso.
Cuando aquellos que vienen a vosotros os atormenten, recordaa Mí que vuestro deber es perdonarlos y luego rezar por sus almas.
Mostrar amor a aquellos que os atormenten en Mi Nombre. De esta manera vosotros podéis vencer a Satanás y él pierde su poder sobre vosotros.
Yo os instruiré a cada paso de vuestra jornada.
Camino con vosotros siempre.
Yo conozco a los Míos y ellos me conocen a Mí.
Vuestro Jesús