Cardenal Omella: hay que garantizar la libertad de la mujer (a abortar o no)

Que el Presidente de la Conferencia Episcopal Española defienda que una madre pueda elegir entre tener a su hijo o matarlo… Lo dicho: mucha pena y mucha indignación.

Discurso de Juan José Omella para abrir la Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal Española que, entre otros cometidos, elegirá al nuevo secretario general y portavoz el miércoles, tras la salida de Luis Javier Argüello, nombrado arzobispo de Valladolid.

Mucha indignación y mucha pena es lo que generan las palabras del presidente de los obispos españoles, sobre el aborto. Y lo hacen por dos razones: porque se trata de un obispo, pastor de la Iglesia, y porque muestra hasta qué punto se ha instalado en España (y en el Vaticano) la idea de que el aborto es justificable, no ya entre la sociedad, sino entre la jerarquía eclesiástica, al menos parte de ella.

Oiga, que el mundo progre insista en que el aborto es un derecho -ya saben, el pecado contra el Espíritu Santo: llamar bien al mal y mal al bien- se puede entender, pero que un obispo defienda que una madre pueda elegir entre tenerlo o matarlo… Lo dicho: mucha pena y mucha indignación.

Estas fueron sus palabras:

“Son millones los creyentes cristianos y de otras religiones, pero también los no creyentes que defienden la vida, que exigen a las Administraciones Públicas un trato positivo a favor del no nacido y de su madre. Dicho trato positivo debe, por un lado, concretarse en informar ampliamente a la mujer que acude a un centro sanitario ante un embarazo no deseado sobre las consecuencias de su decisión, sobre las ayudas que recibiría si siguiera adelante con el embarazo. Convendría también informarle sobre las instituciones públicas y privadas que acompañan a las mujeres en este momento importante de sus vidas. Asimismo, para garantizar la libre decisión de la mujer es imprescindible una previsión presupuestaria de rentas mensuales para las mujeres con un embarazo no deseado con el fin de poder llevar a cabo la crianza de sus hijos”.

Que no, excelentísimo y reverendísimo señor obispo, que lo hay que hacer es defender la vida del más débil, el no nacido, desde la concepción. ¿Que es bueno facilitar información y ayuda económica y asistencial a las madres que lo necesitan?, de acuerdo, pero no se puede admitir, bajo ningún concepto, la opción de matar al hijo.

Religión, La Voz Libre

Mi Padre castigará a todos aquellos que asesinan a Sus hijos

Mensaje del Libro de la Verdad 🏹

25 de diciembre de 2014

No os preocupéis por el espíritu del mal, que corrompe el mundo. Dejádmelo todo a Mí. Porque mientras vosotros me améis, me reverenciéis y améis a otros, de acuerdo a Mi Santa Voluntad, Yo os protegeré del dolor de todas las cosas que están en contra Mía.

El peor dolor que tendréis que soportar será el de ser testigos de los llamados actos de caridad y las preocupaciones humanitarias a escala mundial, las cuales enmascararán las verdaderas intenciones de Mis enemigos. Sabréis, dentro de vuestros corazones, que el engañador está trabajando. Cuando el mundo secular y los que dicen representarme hablan de política, actos humanitarios, pero fallan en proclamar la importancia de preservar la vida humana a toda costa, entonces sabed que esto no es lo que Yo deseo. Si aquellos que dicen representarme no hablan con la misma pasión sobre la perversidad del aborto, como lo hacen sobre otros actos contra la humanidad, entonces, estad conscientes de que algo anda mal.

Mi Padre castigará a todos aquellos que asesinan a Sus hijos, incluyendo a los niños que todavía están siendo alimentados en el vientre esperando nacer. Los autores de semejantes crímenes van a sufrir un castigo terrible si no se arrepienten de sus pecados contra Él. Los que son Míos y que representan a Mi Iglesia en la Tierra han fallado en proclamar la Verdad. El asesinato, incluyendo el aborto, es uno de los mayores pecados contra Dios. Se necesita un acto de contrición extraordinario para que puedan ser absueltos de tal pecado. ¿Por qué entonces Mi Iglesia no lucha con vigor contra este pecado – uno de los actos más abominables de resistencia contra Mi Padre? ¿Por qué os distraen de reconocer el más grave de los pecados, pero predican acerca de la importancia de los actos humanitarios?

El humanismo es una afrenta a Dios porque se centra en las necesidades del hombre y no en la necesidad de arrepentirse del pecado ante el Creador de todo lo que es. Si vosotros ignoráis los pecados mortales, claramente definidos en las Leyes establecidas por Dios, que conducen a la condenación eterna, entonces ninguna cantidad de compasión por los derechos civiles de la raza humana expiará esos pecados.

Si vosotros creéis en Mí, y si me servís, entonces debéis hablar solo acerca de la Verdad. La Verdad es que el pecado es vuestro mayor enemigo – no aquellos que os persiguen. El pecado mortal, si no estáis arrepentidos, os llevará al Infierno. Si vosotros estáis en pecado mortal y dedicáis el tiempo apoyando grandes actos de caridad y hechos humanitarios, y no os arrepentís, entonces vuestra alma se perderá.

Recordad la Verdad. No os dejéis engañar por conversaciones, actos u obras de caridad cuando la tarea más importante es luchar contra el pecado mortal. Mis siervos consagrados que se nieguen a recordaros las consecuencias del pecado mortal, no comprenden la misión que tienen en servirme. No podéis barrer el pecado bajo el suelo, fuera de la vista, como si no existiera. Ninguna cantidad de empatía con las personas que son perseguidas en Mi Nombre, compensará el hecho de que los pecadores no se reconcilien Conmigo, Jesucristo, para el perdón de los pecados.

Vuestro Jesús

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