El Rey de Jerusalén es español y todo comenzó en las Cruzadas

¿Sabías que el Rey de España ostenta el título de «Rey de Jerusalén»? Este título, aunque en gran medida honorífico en la actualidad, tiene profundas raíces históricas que remontan a la Edad Media y conectan la monarquía española con la ciudad sagrada de Jerusalén.

¿Sabías que el Rey de España ostenta el título de «Rey de Jerusalén»? Aunque pueda parecer curioso, este título tiene raíces históricas que se remontan a las primeras Cruzadas. Desde 1099, cuando los cruzados tomaron Jerusalén, se estableció el Reino de Jerusalén.

Con el tiempo tuvo que refugiarse en San Juan de acre antes de que los Cruzados fueran expulsados de Tierra santa. Este título se mantuvo en el reino de Nápoles hasta que El Gran Capitán conquistó Nápoles para los reyes católicos. Finalmente este título ha sido heredado por los reyes de España y pertenece hoy a la monarquía española. Hoy en día, el título es simbólico, pero refleja la rica herencia y tradición e historia de la monarquía hispánica.

Exploramos las raíces históricas de este honorífico título, que atestigua la rica historia de la monarquía española
Fernando II el Católico unió el título a la Corona española tras conquistar Nápoles

En un contexto cargado de historia y simbolismo, Felipe VI, actual monarca de España, ostenta un título que va más allá de las fronteras ibéricas: es también Rey de Jerusalén. Este título, aunque en gran medida honorífico en la actualidad, tiene profundas raíces históricas que remontan a la Edad Media y conectan la monarquía española con la ciudad sagrada de Jerusalén.

El vínculo entre la monarquía española y el Reino de Jerusalén se estableció siglos atrás durante la época de las Cruzadas. El título de Rey de Jerusalén, reino fundado por Godofredo de Bouillon en 1099 durante la Primera Cruzada y que perduró hasta 1291, con la caída de San Juan de Acre, ha llegado hasta Felipe VI, Rey de España. A España queda vinculado el título, cuando Fernando el Católico, casado con Isabel la Católica, conquista el reino de Sicilia y se convierte en Rey de Jerusalén; al estar este título unido al de Rey de Sicilia desde el siglo XIII, se convierte en rey de Jerusalén por ende.

La Herencia Histórica: Felipe VI, Rey de España, y Rey de Jerusalén
Un título simbólico y con historia

A lo largo de los siglos, este título ha sido heredado por los monarcas españoles, pasando de la Casa de Aragón a la Casa de Trastámara y, finalmente, a la Casa de Borbón, a la que pertenece Felipe VI. La línea de sucesión del Rey de Jerusalén es sencilla ya que sigue la sucesión legítima de los Reyes de España: Juana I, Carlos I, Felipe II, Felipe III, Felipe IV, Carlos II, Felipe V, Luis I, Fernando VI, Carlos III, Carlos IV, Fernando VII, Isabel II, Alfonso XII, Alfonso XIII, Juan de Borbón, Juan Carlos I y Felipe VI. El artículo 56.2 de la Constitución establece que el título del Rey «es el de Rey de España y podrá utilizar los demás que correspondan a la Corona». Uno de ellos es el de Rey de Jerusalén.

Escudo de los reyes católicos dedicado a su hija y nieto, con el escudo de Jerusalén el en reverso

Aunque el Rey de España ostenta el título de Rey de Jerusalén, es importante destacar que no implica ninguna autoridad política o territorial sobre la ciudad actualmente.

La continuidad de este título refleja la rica historia de España y su participación en eventos cruciales que marcaron la Edad Media. A pesar de los cambios políticos y territoriales a lo largo de los siglos, la monarquía española ha mantenido esta conexión simbólica con Jerusalén, recordando los lazos históricos que unen a la corona con la ciudad que ha sido cuna de diversas civilizaciones y epicentro de importantes acontecimientos religiosos.

Fernando II el Católico

Hoy en día, la denominación Rey de Jerusalén es más un símbolo de la rica herencia histórica de España que un título con implicaciones políticas activas. Aunque el papel del rey en la actualidad es principalmente institucional y representativo, este título añade un matiz especial a la figura del rey, recordando la larga historia de la nación y su conexión con eventos que trascienden las fronteras geográficas.

La dualidad de Felipe VI como Rey de España y Rey de Jerusalén sirve como un recordatorio de la profunda interconexión entre la monarquía española y su legado histórico.

En 2016, apenas un año y medio después de haber sido proclamado Rey, invitado por Simon Peres a Israel, fue sentado a la derecha del presidente del Estado de Israel. Por delante de todos los jefes de Estado presentes, incluso del presidente de Estados Unidos, todos con más tiempo en el poder que él. en dicha magistratura. Preguntó que cómo lo sentaban ahí. Y el presidente de Israel le contestó: «Porque Su Majestad es el Rey de Jerusalén».

Documental sobre el reino de Jerusalén
Todos los títulos del Rey Felipe VI

Es Rey de Castilla, de León, de Aragón, de Navarra, de Granada, de Jerusalén, de Toledo, de las Dos Sicilias, de Valencia, de Galicia, de Mallorca, de Menorca, de Sevilla, de Cerdeña, de Córdoba, de Murcia, de Jaén, de Los Algarves, de Algeciras, de Gibraltar, de las islas Canarias, de las Indias Orientales y Occidentales, de las Islas y Tierra Firme del Mar Océano.

También Archiduque de Austria, duque de Borgoña, de Brabante, de Milán, de Atenas y de Neopatria.

Conde de Habsburgo, de Flandes, del Tirol, del Rosellón y de Barcelona.

Señor de Vizcaya y de Molina.

Además tiene todos estos otros títulos ya obsoletos:

Rey de Hungría, Dalmacia y Croacia, Rey de Jerusalén, Duque de Limburgo, Lotaringia, Luxemburgo, Güeldres, Estiria, Carniola, Carintia y Wurtemberg, Landgrave de Alsacia, Príncipe de Suabia, Conde palatino de Borgoña, Conde de Artois, Hainaut, Namur, Gorizia, Ferrete y Kyburgo, Marqués de Oristán y conde de Gocéano, Margrave del Sacro Imperio Romano y Burgau, Señor de Salins, Malinas, la Marca Eslovena, Pordenone y Trípoli.

Diario de Sevilla

La Iglesia remanente que persistirá, invicta, hasta el surgimiento de la Nueva Jerusalén

Mensaje del Libro de la Verdad 🏹

18 de mayo del 2012

Mi muy querida y amada hija, sabe ahora que la difusión de Mi Santo Espíritu, está punto de llegar a ser rampante en el mundo. 

La llama de la verdad, va a cautivar al mundo y llenará las almas de muchos, con la simple maravilla de Mi Gran Misericordia.

Mucha conversión se llevará a cabo y será entonces, que Mi Ejército Remanente, se levantará para llegar a ser una poderosa fuerza, en la batalla en contra del anticristo. 

Mi Iglesia Cristiana Remanente, difundirá las Sagradas Escrituras dentro de cada rincón del mundo. 

Fuegos se derramarán sobre aquellos, que traten de dañar a Mi Iglesia Remanente. Porque muy pocos serán capaces de soportar la Verdad de Mi Santa Palabra, cuando esta sea mostrada a ellos.

Tantos habrá que hasta ascenderán a más de 20 millones. 

Los líderes surgirán entre ustedes y tendrán que practicar su fe encubierto en ciertos sectores. 

Ustedes dirigirán una Cruzada de Mis Enseñanzas y Mi Cruzada de Oraciones será su arma para vencer al enemigo. 

Los extraños se acercarán, personas de diferentes países se unirán y las religiones destrozadas en el pasado por sus diferencias, se unirán todas como una sola.

La Unica Iglesia Remanente se mantendrá, invicta, hasta el surgimiento de la Nueva Jerusalén. 

Esto es cuando Mi Segunda Venida se llevará a cabo.

Cuando Mi Nueva Jerusalén surja de las cenizas, de donde todos aquellos que se opusieron a Mí, pensaron que Mi Iglesia en la Tierra había sido quemada hasta los cimientos. 

Y entonces eso será.

El Nuevo Comienzo.

La Nueva Era.

El Nuevo Cielo y la Nueva Tierra.

El momento de que la Divina Voluntad de Mi Padre se realice finalmente.

Levántate ahora Ejército Mío y despliega tus alas. Nunca te desvíes de la Verdad contenida en la Santa Biblia.

Nunca dudes de las palabras contenidas en las Sagradas Escrituras.

Aquellos entre ustedes, incluyendo a los miembros de Mi Iglesia en la Tierra, a quién entonces ustedes deberán abrir su corazón a la Verdad.

La Biblia contiene la Sagrada Palabra de Dios. La Biblia contiene la verdad completa. Esta no miente.

Si ustedes niegan la Verdad contenida en ella, ustedes niegan la Palabra de Dios. 

  

  

Su Salvador, Jesucristo

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