Hermanos de Armas

Dice la Sagrada Escritura que los que luchen en defensa de la Verdad en este momento histórico tendrán una gloria especial: “Estos son los que vienen de la gran tribulación” (Ap 7, 14). Soldados fieles y valientes o… desertores !!!

Por Javier Ventas

Jesucristo-Dios dijo en una ocasión: “A aquel que me defienda delante de los hombres, Yo le defenderé delante de mi Padre” (Mt 10, 32).

Defender, Ministerio de Defensa, Soldados, hermanos de armas… Hermanos de Armas de Jesús. Entre los que se salvan, Dios establece distintas categorías de personas, por ejemplo, Nuestro Señor dijo a sus Apóstoles: “A vosotros no os llamo siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su Señor; a vosotros os llamo Amigos, porque todo lo que he oído a Mi Padre, os lo he dado a conocer” (Jn 15, 15). De modo que. Dios establece diferentes categorías entre los que se salvan, y una de estas categorías, es la de Soldados de Cristo, Hermanos de Armas, que son aquellos que están dispuestos a defenderle delante de los hombres aún a riesgo de sus bienes y de su vida. Como en las demás categorías, Dios invita a muchos, pero pocos responden a la llamada.

La guerra espiritual que se libra en el mundo comenzó en los mismos  orígenes de la Humanidad, y desde entonces siempre se ha podido defender a Dios contra el mundo, enemigo de Dios -Dios es la Verdad-, pero en las diversas fases históricas, ésta que estamos viviendo en la actualidad -la tribulación-, es la más terrible: la batalla final que requiere una valentía especial, el Apocalipsis, por eso dice la Sagrada Escritura que los que luchen en defensa de la Verdad en este momento histórico tendrán una gloria especial: “Estos son los que vienen de la gran tribulación” (Ap 7, 14).

Ahora bien, sólo Dios sabe a quiénes y porqué da la luz necesaria para distinguir la Verdad en medio de tanta confusión como invade a la Humanidad en nuestros días, así como quiénes responden con Amor a esta Gracia y quienes la rechazan con culpa. Dicho esto, consideremos ahora estos dos grupos de Personas, las que responden a la Gracia y defienden a Dios y su Palabra -Soldados de Cristo, Hermanos de Armas-, y las que no lo hacen, ya sea por los intereses en juego o por cobardía, dejando al margen al grupo de aquellos que Dios, en su Sabiduría, no le dio la Luz suficiente como para culparlos de no discernir la Verdad en cuestiones de Fe, dada la gran oscuridad que reina, no sólo en el mundo, sino también en la Iglesia.

Volvamos a poner el foco en estos dos grupos: el de los Hermanos de Armas de Jesús y el de los desertores. Los primeros son aquellos que defienden a las Verdades de la Fe en el momento actual, cuando la apariencia los escenarios mundial y eclesial Dios es el “fracasado” – “¡¡¡ El fracaso de Dios!!!”, grita el hombre “con cuernos como de cordero y lengua de serpiente” (13, 1-18), con gesto desafiante. Estos valientes, serán premiados por Jesucristo librándolos de la segunda parte de la tribulación, la llamada gran tribulación; mientras que el grupo de “desertores” no será condenado aún, sino que Dios les dará una segunda oportunidad para que puedan dar entonces testimonio de la Verdad enfrentando aquí a los enemigos de Dios durante el tiempo de la gran tribulación.

Ser, por Gracia de Dios, aceptar y saberse Soldados de Cristo, Hermanos de Armas de Jesús es, al mismo tiempo que un gran sufrimiento, un gran gozo espiritual. Tener consciencia de estar luchando hombro con hombro siguiendo a Cristo Rey, es misteriosamente un sufrimiento gozoso, vida de unión espiritual con Nuestro Dios y Señor. «Alegraos, alzad la cabeza, se acerca vuestra liberación» (Lc 21, 36).

¡¡¡ Gloria a Dios. Alabado sea Jesucristo !!!

El Resurgir del Agua Clara

Yo intervendré en maneras que van a asombrar al mundo

Mensaje del Libro de la Verdad 🏹

28 de agosto de 2014

Yo conozco a los Míos y ellos me conocen. Ellos también conocen a los que son Míos, así como conocen a los que no vienen de Mì.

Los que son de Mí son tiernos de corazón, llenos de amor por todos los pecadores, incluyendo Mis enemigos, y llenos de humildad porque saben que no son nada sin Mí. Sus almas están libres de malicia, rencor, odio y sufren a causa de esto. Ellos brillan como faros, sus almas están llenas de la Luz de Dios. Es esta Luz, que Satanás y todos los ángeles caídos atacan con todo tipo de tentaciones. Estas son las almas que son las más buscadas por el maligno y en los tiempos que se avecinan, ellas se verán influidas por las mentiras. Algunos se apartarán de la verdad por completo. Otros se aferrarán a ella, pero tendrán que luchar para hacerlo, mientras que los que tienen la Gracia de la Divina Voluntad de Dios en sus corazones, nunca abandonarán la Verdad.

El mundo se convertirá en un gran campo de batalla, donde la confusión reinará, y son las almas que son Mías, las que se enfrentarán a las mayores pruebas. Es el deseo de Satanás llevar lejos de Mí a aquellas que me conocen. Estas son las almas que están más cercanas a Mi Corazón, pues ellas representan para él, mayor premio. Serán esas almas que, en caso de que caigan en el error, serán presentadas a Mí por Mi mayor enemigo. Yo seré burlado a causa de su traición y voy a llorar lágrimas amargas de mortificación por estos pobres hijos de Dios. Pero sabed esto. Yo lucharé por estas almas. Yo intervendré en maneras, que van a asombrar al mundo para que así Yo pueda arrebatarlos de las garras del engaño y ellos sabrán cuando haga esto. En aquel día Yo les preguntaré de nuevo «sois Míos o no?». Entonces sabrán que Soy Yo, y voy a recuperarlos y a llevarlos a Mi Nuevo Reino.  Los que continúan siendo fuertes, debido a su fe inquebrantable en Mi Santa Palabra, guiarán a los que son Míos. Será por causa de estas almas – Mi Remanente – que Mi Misericordia se extenderá mucho más allá de lo que es visible al ojo.

Ahora llamo a aquellos que me conocen. Deseo que viváis cada día como si no hubiera un mañana. Confiad en Mí. Pedidme protección y llamadme pidiéndome favores especiales en vuestra travesía hacia Mi Nueva Era de Paz. Vendré en vuestra ayuda en todo momento y derramaré sobre vosotros gracias extraordinarias. Después no temeréis nada porque sabréis que Yo camino con vosotros. Yo sujetaré vuestra mano, mientras os guío hacia el Refugio de Mi Paz y Mi Gran Gloria.

Venid a Mí y no temáis porque Mi Gran Día amanecerá inesperadamente y de repente, ni una lágrima más derramaréis porque estaréis unidos con la Divina Voluntad de Dios por la eternidad.

Aceptad Mi Amor, Mis Bendiciones y Mi Gran Misericordia porque cuando lo hacéis podéis verdaderamente afirmar que sois Míos.

Vuestro Jesús

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