Tercer Mandamiento

🧭 Formación Básica del Cristiano

Querido Ejército Remanente:

Hoy vamos a aprender a no ofender a Dios. En otras palabras, a ser felices. El camino ya nos lo enseñó Dios mismo. Repasémoslo:

Los 10 Mandamientos y el Pecado

TERCER MANDAMIENTO

El Tercer Mandamiento es: Acuérdate de santificar las fiestas.  

Nos manda honrar a Dios con obras de culto en los días festivos. 

Son días de fiesta los Domingos y algunos otros días mandados por la Santa Iglesia. 

En la ley antigua se santificaba el sábado. En la ley nueva se santifica el Domingo, porque en tal día resucitó Jesucristo y el Espíritu Santo descendió sobre los Apóstoles. 

Santifica la fiesta el que oye Misa entera y no trabaja sin necesidad.     

OIR MISA  

El que en día festivo falta a la Misa sin justa causa, comete pecado mortal.  

Excusa de oír Misa una causa medianamente grave. 

La Misa se debe oír entera y con devoción. 

Misa entera quiere decir desde el principio hasta el fin. 

La Consagración y la Comunión son las dos partes esenciales de la Misa; basta asistir a estas dos partes para oír realmente la Misa, aunque para cumplir con el precepto en los días festivos, se debe asistir desde el principio hasta el fin. 

Se puede oír Misa y confesarse al mismo tiempo.

La Misa por TV, Internet, radio, no es válida salvo en caso de enfermedad o fuerza mayor (como la supresión de la Misa por causa de la falsa pandemia efectuada por los enemigos de Dios).

Además de oír Misa, conviene ocupar el día festivo en otras obras buenas como leer algún libro bueno, etc. 

NO TRABAJAR 

El tercer mandamiento prohíbe trabajar en los días festivos. Los trabajos prohibidos son los serviles o forenses. Trabajos serviles son los propios de los artesanos y obreros. Trabajos forenses son las causas judiciales y procesos criminales, los contratos públicos, las ferias, mercados, etc. 

Es permitido en día festivo, leer, escribir, enseñar, viajar, dibujar, etc. Y cualquier actividad sana que no conlleve trabajo fatigoso y lucrativo.

También se permiten todos los trabajos necesarios o convenientes para la vida doméstica, como preparar la comida, barrer, limpiar, etc.  

Las causas justas por las cuales es permitido trabajar en día festivo son: la caridad hacia el prójimo, la piedad hacia Dios y la necesidad. 

En los días festivos se deben evitar la ociosidad y las diversiones peligrosas. Puede uno tomarse algún recreo honesto y moderado, después de haber cumplido con los deberes religiosos. 

La santificación del día festivo es útil, no sólo al alma, sino también al cuerpo; pues el descanso contribuye mucho a la conservación de la salud. No santificar las fiestas es uno de los pecados que más atraen los justos castigos de Dios, aún en esta vida.

Dios, en su misericordia y sabiduría infinitas, así lo dispuso.

Primer Mandamiento

Segundo Mandamiento

Formación con Luis M

Mi Sagrada Eucaristía todavía debe ser recibida por vosotros…

27 de febrero 2013  

Mensaje del Libro de la Verdad 🏹

Mi amadísima hija, las Misas diarias continuarán por algún tiempo, e insto a todos Mis seguidores a continuar asistiendo a ellas, como antes.

Mi Sagrada Eucaristía todavía debe ser recibida por vosotros. No debéis de abandonar vuestro Sacrificio diario, ya que no seréis vosotros los que seréis obligados a tomar esta decisión. Será declarada una diferente forma de sacrifico para Dios y sabréis, inmediatamente, cuando esto ocurra, porque la práctica de la Santa Misa será detenida por el falso profeta. En el lugar de la Santa Misa habrá un ritual mundial pagano, y vosotros, Mis amados seguidores, bendecidos con el Don del Espíritu Santo lo reconoceréis, por lo que será.

No debéis abandonar nunca la Iglesia que le di al mundo, la cual está basada en Mis Enseñanzas, y en el Sacrificio de Mi muerte en la Cruz, entregada a vosotros  con los Dones más Sagrados.

Vosotros, Mis amados seguidores, soís mi Iglesia. Mis amados sacerdotes y clérigos, bendecidos con el Don del Espíritu Santo, nunca Me abandonarán. Ni tampoco a vosotros. Y así, Mi Iglesia vivirá, ya que nunca puede morir. La Iglesia es Mi Cuerpo en la tierra, y por lo tanto, nunca puede ser destruida. Sin embargo, será aplastada, atormentada y descartada y luego será dejada en el desierto para que muera. Aunque cada intento por destruir cada último bocado de vida será realizado por Mis enemigos, Mi Iglesia se levantará de nuevo. Sólo recordad, ella nunca morirá, aunque pueda parecer así.

Mi Iglesia en la tierra será reducida en tamaño y se convertirá, sin culpa propia, en el ejército remanente.

Mi Verdadero Vicario, descartado, luchará para guiar a los hijos de Dios con lo mejor de su capacidad. Seré Yo, Jesucristo, quien os guiará, levantará y librará del mal, el cual será obligado a vosotros, un mal, que llegará a un final abrupto y terrible, para todos los que se pongan del lado del Anticristo y sus esclavos.

Vuestro Jesús

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