Cardenal de Washington: La deportación masiva de ilegales es “incompatible con la doctrina católica”

Monseñor Vigano responde a estas declaraciones del cardenal de Washington recién nombrado por Bergoglio, sobre la «incompatibilidad de la doctrina católica» con la deportación de inmigrantes ilegales. Imprescindible.

ROMA — El recién nombrado por Jorge Mario Bergoglio arzobispo católico de Washington, DC, dijo el lunes que los planes del presidente Trump para deportar a inmigrantes ilegales son “incompatibles con la doctrina católica”.

El cardenal Robert McElroy, reconocido como uno de los obispos más progresistas del episcopado estadounidense y un crítico vocal de Trump, señaló en una conferencia de prensa que la Iglesia Católica enseña que “un país tiene derecho a controlar sus fronteras” y que “el deseo de nuestra nación de hacer eso es un esfuerzo legítimo”.

“Al mismo tiempo”, continuó, “estamos llamados a tener siempre presente la dignidad de cada persona humana. Y por eso, los planes de los que se ha hablado en algunos niveles de llevar a cabo una deportación masiva, indiscriminada y más amplia en todo el país serían algo incompatible con la doctrina católica”.

“Entonces, tendremos que ver qué surge en la administración”, añadió.

El cardenal no dio más detalles sobre qué elementos de la doctrina católica cree que prohíben la deportación de inmigrantes que entran a un país ilegalmente.

Como era de esperar, el grupo disidente «católico» de defensa de los derechos LGBTQ+ New Ways Ministry ofreció una evaluación entusiasta de la decisión del Papa de colocar a McElroy en la capital de la nación, diciendo que está encantado con el nombramiento de un defensor de los derechos de los homosexuales tan conocido .

El arzobispo Carlo Maria Vigano escribe en X

La “deportación masiva” de inmigrantes ilegales es una decisión que el Estado puede legítimamente tomar, y se trata de un principio dictado por el derecho natural incluso antes que por el derecho civil positivo o el derecho canónico.

Por el contrario, la “deportación masiva” de inmigrantes ilegales es cierta e indiscutiblemente incompatible con la red de organizaciones pseudo-caritativas en manos de la jerarquía bergogliana, el partido demócrata y las ONG atribuibles a George Soros, y con el sistema de complicidad entre el Estado profundo y la Iglesia profunda, ambos activamente comprometidos en la disolución del tejido social, económico, cultural y religioso de las naciones en las que han tomado el control de las instituciones. Detener la inmigración ilegal les haría perder una fuente inagotable de ganancias, pagadas con los impuestos de los ciudadanos.

La “deportación masiva” de inmigrantes ilegales es indudablemente incompatible con el plan subversivo de sustitución étnica que comparte la élite globalista, porque lo frustra e impide la creación de las premisas para la revuelta social que se pretende que conduzcan a una mayor restricción de las libertades fundamentales.

Cuando escuchamos hablar a los representantes de la iglesia profunda (es decir, la “iglesia” bergogliana) o del estado profundo, debemos darnos cuenta de que estas personas son emisarios del lobby subversivo globalista, y que cada palabra que dicen es falsa, porque detrás de una excusa aparentemente aceptable en realidad esconden propósitos criminales inconfesables.

No nos extrañemos, entonces, si el “cardenal” McElroy –nombrado por Bergoglio como “arzobispo” de Washington, heredero del abusador serial y mano derecha del jesuita argentino Theodore McCarrick– está tan ocupado con los inmigrantes, los LGTBQ+, el medio ambiente y las vacunas: estos son los puntos de la Agenda 2030, que la “iglesia” bergogliana viene promoviendo desde que la mafia de San Galo logró que un títere del Foro Económico Mundial fuera elegido “papa”. Y no nos extrañemos si lo que tienen en común los exponentes del Estado profundo y la Iglesia profunda es la corrupción, el vicio y la perversión.

breitbart.com/immigration/20…

Yo, vuestro amado Jesús, nunca podría minar Mi propia Iglesia

Mensaje del Libro de la Verdad 🏹

16 de abril de 2012

Llamo a todos los hijos de Dios y os aseguro que Yo, vuestro bienamado Jesús, nunca podría minar Mi propia Iglesia.

Sin embargo, no retrocederé y veré a Mi Iglesia desintegrarse, a manos de una secta particular, que no tiene el derecho de jugar ningún papel en la Santa Sede.

Porque eso es precisamente lo que el Falso Profeta y los impostores que idolatran a satanás, están tratando de hacer. Ellos quieren derribar a la Iglesia Católica y romperla en pedacitos.

Ésta, hijos Míos, es la manera en la que satanás se mantendrá en la rebelión final contra Dios, el Creador de todas las cosas.

Este perverso plan para destruir Mi Iglesia, ha estado en marcha durante 100 años, pero, desde 1967, éste se ha intensificado.

Muchos impostores, que son miembros de esta malvada secta, adoradores de satanás, entraron en los seminarios para posicionarse en el Vaticano.

Sus poderes, aunque fueron permitidos por Dios Padre, estaban restringidos hasta ahora. A medida que los Tiempos del Fin se acercan, eso cambiará.

Esta malvada secta, ahora desatará todo poder, para asegurar que sean ellos los que elijan un nuevo reemplazo para Mi Santo Vicario el Papa Benedicto XVI.

Todos aquellos que conocéis Mis enseñanzas, veréis los cambios en la lectura de la Santa Misa.

Nuevas leyes seculares serán introducidas, las cuales serán un insulto a Mi Muerte en la Cruz.

Muchos de Mis devotos seguidores, verán esto y se sentirán heridos. Sus puntos de vista serán rechazados y muchos sacramentos dejarán de ser ofrecidos.

Esto es por lo cual, es necesaria mucha preparación.

Para aquellos Católicos que estéis heridos y consternados, por favor, recordad que Yo estoy aquí.

Llamadme, a Mí, vuestro bienamado Jesús y sabed que no debéis tener miedo de proclamar la Verdad de Mis enseñanzas.

No debéis temer a darle la espalda a la herejía.

Yo os guiaré y os protegeré en vuestro ca3 y seréis guiados por el Poder del Espíritu Santo.

Vuestro bienamado Salvador

Jesucristo

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